Cómo vivir y acompañar la Navidad cuando estamos en duelo

Vivir la muerte de un ser querido es todo un desafío, saber «bien» acompañarlo también. Más aún en estas fechas tan señaladas. Por ello, os dejamos ocho pautas para vivir y acompañar el duelo en Navidad de una manera más sana.

1. Revisa cómo quieres vivir las Navidades

A veces no es fácil saber qué es lo que necesitamos o queremos, y menos cuando estamos viviendo un proceso de duelo en el que muchas veces tenemos que lidiar con nuestro ruido interno debido a la intensidad y fuerza de un millón de emociones diferentes. Te invitamos a que puedas plantearte las siguientes preguntas: ¿Qué necesitas? ¿Qué quieres? ¿Qué te apetece hacer (o no hacer)?

Cuando estamos «sobreviviendo» a nuestro dolor interno es posible que no encontremos la fuerza para hacer este tipo de ejercicios. Es normal. Sin embargo, si dedicas un tiempo a observarte y preguntarte esto, te va a permitir planificar y estructurar con tiempo las cosas que necesites y desplegar aquello que necesites para conseguirlo.

Forma parte del aprender a «mirarte» y autorregularte. Recursos importantes para ir recuperando el control, la seguridad y el equilibrio de tu vida. Si necesitas ayuda para ello, pídela a personas referentes para ti. Cuando nos encontramos perdidos en una montaña, tener una brújula nos puede salvar la vida y el momento.

2. La montaña rusa emocional es normal

Cuando vivimos la muerte de un ser querido parece como si nos subiésemos a la montaña rusa más grande del mundo. ¿Sabíais que cada persona tiene su propia montaña rusa emocional? Es una atracción con subidas y bajadas muy peliagudas que hace que el dolor, los nervios, la angustia, la tristeza, el miedo, las emociones contradictorias o ambivalentes se disparen e intensifiquen hasta sentirlas totalmente descontroladas.

A veces, es cuestión de minutos, otras de días, otras de meses. Lo cierto es que no es nada agradable y nada fácil vivir ahí subida.

Nos parece importante que tengas en cuenta que esto es NORMAL y NATURAL en los procesos de duelo. Te proponemos que te visualices en esta montaña rusa cuando sientas que vas a llegar o estás en un pico de dolor y que trates de recordarte que es parte del proceso, algo natural y normal, que todo pasa y esto también lo hará.

3. El dolor emocional no mata

Hay momentos en los que tenemos la sensación de que la ausencia y el dolor emocional nos van a ahogar, a desgarrar o que nos va a hacer retroceder en nuestro proceso de duelo. Es un momento muy duro y angustiante que forma parte de esa montaña rusa emocional. Te invitamos a que recuerdes QUE EL DOLOR NO MATA, aunque a veces tengamos la sensación contraria.

QUE EL DOLOR DUELE. Esto a veces es difícil de entender, por lo que os invitamos a pararos aquí y tratar de imaginar que la muerte de un ser querido es una herida muy profunda en el alma que puede asemejarse a una rotura de un hueso o varios a la vez. Si la herida física duele, la emocional también. Y necesita curas y reposo para poder curar.  Visto así, podemos naturalizar y dar un lugar al dolor. Nadie nos lo va a quitar, pero cuando comprendemos las cosas podemos encontrar alivio y fuerza para atravesarlas.

4. Recuerda: «no tienes que nada»

Recuerda que no tienes que celebrar nada que no sientas o quieras. El acto de celebrar no es una obligación, es un derecho. No te exijas estar y hacer las cosas del mismo modo como en años anteriores. Es importante que tengas en cuenta que cuando estamos en duelo, nos duele todo. Nos duele el corazón emocional, nos duelen los recuerdos y también nos duele el cuerpo físico, y es muy habitual no encontrarnos con fuerza ni motivación para hacer nada. Respeta tu ritmo. Pide ayuda. Delega.

A veces, dentro de las familias surgen dificultades pues cada persona necesita cosas diferentes y esto
genera desacuerdos. Aquí es importante recordar, que «NO HAY DUELOS, HAY DOLIENTES», que el proceso de duelo es un proceso PERSONAL e INTRANSFERIBLE, una experiencia EXCLUSIVA de cada persona y que, por lo tanto, es normal que necesitemos llevar ritmos diferentes.

A veces caemos en imponer y obligar a las demás personas a vivir o hacer las cosas como yo quiero/siento.  En este sentido, os recordamos que decir «no», a veces es decirse «sí» a una misma. Y esto significa atenderme y cuidarme. Y esto es sano. Tenemos que dar espacio y lugar a cada miembro de la familia.

¡Tú, tu familia, tus amigos, sois un bastón de apoyo fundamental, utilizaros!

5. «La lástima, lastima, y la sobreprotección, también»

Una de las cosas que nos suele dar mucho «susto» en estas fechas tan señaladas es dejar a una persona sola en casa. Esto es normal, pues nos dejamos llevar por la pena, la preocupación y el miedo de que a esa persona que está viviendo el duelo le pueda ocurrir algo malo.

Recordar que las personas que vivimos un duelo a veces necesitamos estos ratos de soledad y de dolor para poder sentirnos mejor y «volver a la carga».

La preocupación y el miedo se desvanecen cuando somos capaces de comprender la situación y la necesidad. Para ello, os proponemos que podáis abrir una vía de comunicación en vuestra familia y explicar las razones o los motivos por los que necesitas estar solo. Os proponemos salir del silencio y nombrar lo evidente, lo qué os pasa. Seguro que así pueden entenderte mejor y eso les tranquiliza. Además, podéis llegar a un acuerdo de «os haré saber si os necesito».

6. ¿Está bien distraerse del dolor?

Partiendo de que no hay nada «bien o mal», sino «sano y no sano», a veces todo aquello que permita «desembotar-nos» y salir de nuestro dolor es sano. Como hemos dicho, hay momentos en los que una persona necesita «bucear hacia adentro» y conectar con su dolor para comprenderlo y poder empezar a asumirlo. Esto es un mecanismo natural y sano.

La situación se vuelve complicada y es aquí cuando debemos preocuparnos, cuando por defecto tendemos a evitar todo lo que nos haga sentir y recordar; cuando no expresamos o hablamos del dolor, de lo que nos pasa y nos lo quedamos para nosotros mismos. Esto puede dar lugar a un «enquiste emocional» haciendo que el duelo se cronifique en el tiempo.

Lo importante, y te proponemos que puedas hacerlo, es que busques maneras en las que te sientas cómodo para poder expresar, hablar, escribir, gritar, llorar y hasta reír tu dolor. También te proponemos el que puedas hacer una «lista SOS» con aquello que te ayuda y que no te ayuda. Puedes tenerla a mano en los momentos más difíciles para que te ayude a salir de ellos.

7. «(Des)lealtades que duelen»

El sentimiento de deslealtad es un sentimiento que nos hace sentirnos sin derecho o permiso para experimentar ciertas vivencias asociadas al placer o al disfrute. «No voy a poner el pino de navidad porque él no está», «no voy a poner música porque me siento culpable si lo hago», «si me disfrazo este año, siento que le falto al respeto», «si no pienso en ella, siento que la abandono, la olvido y me alejo». Este sentimiento de «(des)lealtad» es natural y normal, pero también puede enquistarse y cronificarse en el tiempo, lo que hace que nuestro dolor se intensifique y que cada vez tengamos menos derecho de vivir tal y como queremos o necesitamos.

Las Navidades son unas fechas que revuelven este tipo de sentimientos. Os invitamos a reflexionar sobre el sentido de este sentimiento. EL DUELO NO IMPLICA OLVIDAR, IMPLICA APRENDER A RECORDAR A LA PERSONA QUE HA MUERTO a través de maneras que no nos quiten espacio ni vida; al revés, que nos sumen tranquilidad, alivio, «calor».

Aislarte en tu dolor es imponerte sufrimiento. Aislarte en tu pena es limitarte tu alegría. Una época que termina, otra que empieza. Un duelo no implica olvidar, implica comprender el fin de una forma de vivir con todo lo que ello supone.

«Quizás baste con darnos cuenta de lo que necesitamos para seguir viviendo» y desde ahí poder rediseñar y construir una nueva manera de vivir la vida, los aniversarios, las Navidades, las fechas señaladas, los lugares, los encuentros, los olores… Todo.

Un abrazo muy fuerte a todas las personas que estáis viviendo y acompañando la muerte de un ser querido

El equipo de Goizargi

El proceso de duelo a través del dibujo

Para completar el escrito de la semana pasada, nos gustaría mostraros algunos ejemplos de dibujos que niños, niñas, adolescentes y personas adultas nos han permitido compartir con todas y todos vosotros.

En estos dibujos podemos ver de qué manera le vamos poniendo forma a las emociones, situaciones y procesos que muchas veces nos cuesta hacerlo con palabras.

  1.  Peque de 12 años.

Antes de realizar este dibujo, estuvimos hablando sobre lo difícil que nos resulta muchas veces conocer nuestra emoción y expresarla en nuestro entorno. Nos da miedo que nuestras emociones hagan daño o no tengan lugar a nuestro alrededor y nos las guardamos. Al intentar reflejarlo con el dibujo, apareció esto: muchas emociones que se mezclan entre ellas, con diferentes formas, y la sensación de que se sumergen en un pozo oscuro cuando no las compartimos (que muchas veces acaba explotando).

  1. Peque de 11 años.

En la sesión, sentíamos que, en el proceso de duelo, al pensar en nuestros seres queridos que han muerto, una bola gigante aparece en nuestra tripa y hace que nos duela todo el cuerpo. Nos dimos cuenta de que las emociones se entrecruzan y se atascan… Le invitamos a plasmarlo en el papel (con pintura de dedos) y luego poco a poco, observando el dibujo, a intentar conocer cuáles eran las emociones que se agarraban en la tripa.

  1. 32 años.

Cuántas emociones aparecen a lo largo del proceso: tristeza, nostalgia, rabia, miedo… Una de ellas, que nos cuesta mirar, es la culpa. Qué difícil es ponerle palabras y darle forma. Lo intentamos a través del dibujo pudiendo darnos cuenta del peso que implica esta emoción, de cómo nos oprime el pecho y la garganta, se nos enreda en la cabeza e incluso nos dificulta mirar hacia adelante. Ahora podemos darle lugar, intentar desenredarla, cambiarla de forma… Gran tarea.

  1. 33 años

Conforme transitamos el proceso, también vivimos millones de emociones que nos acompañan a lo largo del mismo. Nos cuesta darnos cuenta de que, paso a paso, van cambiando y el dolor se transforma. Hay veces que necesitamos echar la vista atrás y tomar consciencia de todo lo caminado, de todo lo transitado… En este dibujo, intentamos reflejarlo: cómo del dolor más oscuro y profundo, aparecen diferentes emociones. Todas ellas sanas, con su función y su vida.

  1. Peque 10 años.

También en la infancia, echar la vista atrás y reconocer el proceso elaborado es muy importante. En este caso, lo elaboramos en forma de camino y de cómo las emociones van cambiando en el mismo, del rojo más rabioso y doloroso, al amarillo y blanco, como la luz. Dándonos cuenta de que nuestro corazón va cambiando, nuestra herida va sanando, dejando siempre una cicatriz y un lugar muy especial para nuestro ser querido muerto en el corazón.

  1. Peque 9 años.

Y finalmente, en este dibujo podemos observar diferentes momentos significativos del proceso de un peque tras vivir la muerte de un ser querido. El dolor y la tristeza de la noticia, la importancia del compartir con un grupo de iguales (en el q compartimos nuestras emociones y a nuestros seres queridos muertos); lo esencial del acompañamiento y la necesidad de la despedida en familia.

Gracias, de corazón, por darnos la oportunidad de compartir estos dibujos, vuestras emociones y vivencias. A través del dibujo, podemos plasmar, ordenar, recolocar y expresar tanto como necesitemos. No olvidemos que es una gran herramienta en la expresión y en el acompañamiento.

¿Cómo utilizar el dibujo como medio de expresión?

En nuestra sociedad nos cuesta mucho dar espacio y lugar a las emociones, no a todas, pero sí a la mayor parte de las que vivimos en los procesos de duelo. La alegría o el amor lo compartimos sin ningún problema, forma parte de nuestras relaciones sociales y estamos acostumbrados a expresarlo, a verlo y escucharlo en nuestro alrededor, pero ¿qué ocurre con otras emociones como la tristeza o el enfado? 

Parece que hemos «catalogado» las emociones en dos grupos, las positivas y las negativas, forjando una tendencia a evitar aquellas que consideramos negativas o nos producen dolor, creyendo que así no lo sufriremos. Esto ha generado una dificultad en nosotros a la hora de expresar nuestras emociones en sociedad, de darnos el permiso de darles su lugar y compartirlas con nuestro alrededor.

Asimismo, esto se les transmite a las y los más pequeños, aunque ellos todavía se dan el permiso de expresar cada emoción que aparece en sus tripas. La dificultad que podemos encontrar en ellos es la del conocimiento y reconocimiento emocional, ya que están en un continuo proceso de aprendizaje a todos los niveles y necesitan a las personas adultas como modelos para conocer las emociones y su expresión.

Cuando no podemos compartir y expresar verbalmente nuestras emociones, utilizamos muchas herramientas que nos permiten expresarlas de diversas maneras, entre ellas podemos usar el deporte, la música o el dibujo. Esta semana, vamos a darle un espacio al dibujo como medio de expresión, no solo en la infancia, también en la etapa adulta. El dibujo es una herramienta de expresión que nos acompaña desde bien pequeños y que, de forma muchas veces inconsciente, hemos utilizado para expresar lo que no podemos con palabras.

Sacar la emoción

Podemos utilizarlo en aquellos momentos que sentimos la necesidad de sacar esa emoción, pero no sabemos hacerlo con palabras o preferimos hacerlo en la intimidad. No necesitamos que exista un objetivo concreto, simplemente podemos coger un folio y diversas pinturas, buscar un espacio tranquilo y cómodo en el que sintamos seguridad, y darnos el permiso de sentir aquellas emociones que se mueven en nuestro interior y darles forma en el papel. Muchas veces, relajarnos y respirar profundamente nos ayuda a sentir más tranquilidad en nuestro cuerpo y permitir que las emociones aparezcan. Podemos incluso cerrar los ojos e intentar escuchar nuestro cuerpo, ver si se mueve o, incluso, si hay partes del mismo que molestan o están tensas, como si sostuvieran alguna emoción. Mirándolo, escuchándolo, sin juicio, permitimos que nuestro cuerpo se suelte y la emoción aparezca poco a poco.

Hay momentos en los que necesitamos algo más para conectar con nuestras emociones, buscar estímulos que nos permitan esa conexión puede ser de ayuda para luego darles lugar a través del dibujo. Una canción, una película o una reflexión sobre las emociones podría facilitar esa conexión y después acompañarnos en la expresión.

Cuando utilizamos el dibujo en las y los más pequeños es necesario que reciban una pequeña guía, que hablemos con ellos sobre las emociones, que las conozcan y, después, intentar facilitar que las reconozcan en ellos mismos. Pedirles que dibujen cómo son sus emociones, compartir un recuerdo o una vivencia con ellos y que dibujen cómo se sintieron entonces, incluso que dibujen cómo ha sido su emoción a lo largo de un tiempo o proceso. Esto les ayudará a conocer su mundo emocional, a normalizarlo y tomar consciencia de que cada emoción tiene su lugar y su función, nos acompañan en diferentes momentos de nuestra vida, son como guías que nos muestran cómo está nuestro cuerpo y, muchas veces, cuáles son nuestras necesidades.

La verbalización emocional en la infancia es muy limitada, por lo que el uso del dibujo nos puede facilitar la expresión y ayudar a conocer su emoción y acompañarla de la forma más adecuada. Es importante, en el caso que así lo veamos necesario, dar un espacio a compartir los dibujos con las y los más pequeños, esto nos dará más información sobre su emoción y también fomentará el conocimiento y expresión verbal de sus emociones. Sería vital favorecer la expresión de cualquier emoción, desde bien pequeños, fomentando así la elaboración de herramientas que nos acompañen a lo largo de la vida, facilitando el reconocimiento, la expresión y la gestión emocional.

Acompañar es ESTAR CON LO QUE HAY

Que difícil resulta casi siempre colocarse delante de alguien que se duele y sufre, que duro es encontrar las palabras adecuadas; y cuanta influencia tenemos cada uno de nosotros y nosotras en la evolución del otro.

Vivimos llenos de aprendizajes erróneos, de creencias de cómo tienen o no que ser las cosas, de mitos adquiridos que nos ayudan poco o nada en el acompañamiento que hacemos a las personas que se duelen y sufren.

Hay ciertas premisas que pueden ayudarnos a entender, en parte, el sentir de la otra persona y de este modo no juzgar su camino.

Las personas en duelo necesitan ser entendidas y escuchadas sin juicio. Necesitan una relación sana en la que nosotros (acompañantes) entendamos que ellas son capaces de transitar su dolor. Necesitan sentir que estamos, que somos parte de lo que les sucede, que podemos ayudar a sostenerles porque su dolor no nos ciega y no nos impide verles. Tarea compleja cuando, a veces, nos invade la necesidad de salvarles, de sacarles de ese lugar en el que ellas están, haciéndonos sin querer protagonistas de una historia que no nos pertenece.

Reconozcamos a las personas que transitan un duelo con capacidad de hacerlo, miremos su dolor con ternura, con compasión, entendiendo que pasará, a su ritmo y a su tiempo. Revisemos qué nos sucede al acompañar a alguien que queremos y se duele, revisemos nuestro modo de estar y de hacer. Las personas en duelo no necesitan ser salvadas, necesitan ser acompañadas y en ocasiones sostenidas.

Igual nos ayuda reflexionar sobre qué es esto de acompañar. Acompañar es ESTAR CON LO QUE HAY, no con lo que a mí (persona acompañante) me gustaría que hubiese. Y esto es importante, incluso esencial cuando hablamos de acompañar. Porque el dolor del otro refleja en muchas ocasiones asuntos propios, temas emocionales que no me permiten estar de manera adecuada en este complejo asunto de acompañar, y porque seguimos necesitando y queriendo salvar a esa persona que tenemos delante de un camino tan doloroso como único y propio.

Reflexionar sobre todo esto, tal vez nos ayude a saber dónde nos colocamos, dónde estamos y, al mismo modo, a entender esa frase inicial que decía: «Si me acompañas y no me juzgas, soy capaz». El duelo duele, es necesario, funcional, adaptativo… necesita ser y necesita un entorno que le dé espacio, lugar y permiso. De esta manera entenderemos y acompañaremos los procesos de los demás de un modo muchísimo más sano.

‘Si me acompañas y no me juzgas, soy capaz’: V Semana del Recuerdo

Con el objetivo de acercar a la sociedad la realidad del duelo y naturalizar como parte de la vida el dolor ante la muerte, nuevamente ponemos en marcha la Semana del Recuerdo, que celebraremos del 23 al 29 de octubre. Coincidiendo con nuestro 20 aniversario, este año la hemos titulado ‘Si me acompañas y no me juzgas, soy capaz’ y con las acciones programadas hemos buscado acercarnos al papel que desempeña la persona que acompaña al doliente.

Cuando acompañamos a una persona en duelo, rara vez sabemos cómo hacerlo y qué decirle porque ni socialmente ni culturalmente nos han enseñado. Esto provoca que el dolor del doliente se agudice, se aísle de su entorno y se crea incapacitado para transitar un proceso de duelo que solo es la reacción natural ante la pérdida de un ser querido. Sentir que es comprendido y escuchado es fundamental para capacitarlo en su dolor.

V SEMANA DEL RECUERDO

  • Domingo, 23. Concierto del Coro Paz de Ziganda Helduen Abesbatza. 19.00 h. Iglesia San Andrés de Villava

  • Lunes, 24. Charla ‘Bien acompañar en sociedad’. 18.00 h. Auditorio de Civican (Avenida Pío XII, 2)
  • Miércoles, 26. ¿Y qué pasa con la infancia? Herramientas a través del cuento. 17.30 h. Facebook Live/Instagram   

  • Jueves, 27. Death café. 18.00 h. La Huerta de Chicha (Calle Paulino Caballero, 15)

  • Sábado, 29. IX Jornada sobre el Duelo. ¿Sabemos acompañar un duelo sano? El duelo y nuestra salud Mental. 9.00 – 18.30 h. Civican (Avenida Pío XII, 2)

       Taller lúdico-educativo del cuento Un día todo cambió. 12.00 h. Dideco (Calle Navarrro Villoslada, 7, Pamplona)

I Torneo Broski de Golf en beneficio de Goizargi

En una semana se juega en el Club de Golf Castillo de Gorraiz el I Torneo Broski – memorial Enrique Sacasas Andueza, en beneficio de Goizargi.

La competición se disputará todo el día y, a su finalización, se hará entrega de premios a los y las ganadoras y un sorteo con los regalos donados para la ocasión.

Si os gusta el golf y queréis pasar un día inolvidable, ¡apuntaros!

Muchas gracias a todas las personas que se han implicado en su organización y a todos los patrocinadores que lo han hecho posible: TCC, Nosolodulce, Art Keeping S.L, Foodys, Gesbon, Bar Savoy, Restaurante Alhambra, Caja Rural de Navarra, Surne Seguros y Pensiones, Restaurante Europa, Bar Babylon, JDS Capital, Conor Bikes, Coffing, Clinica Dental Naturdent, Club Atlético Osasuna, G. U., March R.S., cava Es Trac, Srixon, Lizarte, Federación Catalana de Golf, Real Federación Andaluza de Golf y Castillo de Gorraiz Hotel&Spa.

VIII Torneo Benéfico de Pádel Asociación Goizargi

El VIII Torneo Benéfico de Pádel Asociación Goizargi se celebrará el fin de semana del 17 y 18 de septiembre.

Este año contamos con la colaboración del Itaroa Pablo Semprún Sport Center para su organización, y el formato contempla cuatro categorías: dos masculinas y otras dos femeninas. Si alguna pareja mixta desea inscribirse, podrá hacerlo jugando dentro de los cuadros masculinos.

La inscripción cuesta 15 euros y todo el dinero que se recaude se destinará íntegramente a la asociación.

Las personas interesadas podéis inscribiros en el formulario habilitado en la web del Pablo Semprún Sport Center: https://www.pablosemprunsportcenter.com/torneogoizargi. El abono de los 15 euros de la inscripción se realizará el mismo día del torneo, antes de disputar los primeros partidos, a las 16.00 horas, en el control de jugadores habilitado.

Al finalizar el torneo, habrá trofeos y premios para las y los campeones y subcampeones de cada categoría, además de un sorteo final con un montón de fantásticos regalos donados por nuestros patrocinadores: Bodegas Ochoa, Conservas Pedro Luis, Bombones Torres, B Travel Tafalla, EcoprOlive, Cachet Shop, Irure Carnicería, Alehome, Floristeria Nuñez, Varices sin Cirugía: microespuma, láser, radiofrecuencia, cianoacrilato, Deportes Zariquiegui, IeL Navarra y Linsa. ¡Gracias!

Padeleras, padeleros, este es vuestro campeonato. ¡Animaros a pasar una gran tarde de deporte y solidaridad!

Lecturas de verano para adultos y niños y niñas

Entendemos el verano como una momento de desconexión y ruptura con la rutina, y asociado al placer, pero cuando se está sumergido en un proceso de duelo a veces la sensación es totalmente distinta. La rutina nos da sensación de control y el cambio de horarios, de actividades y de lugar, en muchas ocasiones, tambalea los cimientos de esa estabilidad. Nos vuelve a colocar ante situaciones nuevas que despierta otra vez el dolor y la sensación más intensa de vacío y su ausencia.

Para estos momentos queremos recomendar algunos libros con el fin de poder encontrar en ellos empatía y consuelo en la lectura de estas vivencias, vivencias que se asemejan tanto a lo que nos pasa y que nos hacen tener sensación de hogar y de sentirnos en compañía.

Hoy os traemos cuatro libros para adultos, y también algunos cuentos infantiles, ya que tienen tantas capas que podemos sentirnos identificados y vernos reflejados desde la experiencia de cualquier edad. Además, el especial dibujo y cuidado del diseño en cada uno de ellos, el detalle de cada página, puede sumergirnos en un mar de evocaciones.

Una pena en observación (C.S. Lewis)

Un libro muy agradable de leer, donde te permites conectar con el autor de una forma muy íntima, aunque con una marcada espiritualidad, conecta perfectamente con el día a día de la sensación de vacío que genera el duelo. La sensación de ausencia y el manejo de la misma, la expresión personal y su confrontación con Dios y con la naturaleza humana y la incapacidad o limitación de la compresión racional ante la muerte y los distintos acontecimientos que desencadena un proceso de duelo.

Te me moriste (José Luis Peixoto)

Esta obra de apenas cincuenta páginas fue escrita al poco tiempo de morir el padre del autor. El texto nos sitúa principalmente en el momento exacto de la muerte del padre, justo cuando se produce el epicentro del dolor y combina tres elementos que lo hace sublime: el uso de la segunda persona (Peixoto se dirige constantemente a su padre, como si escribiese una carta de despedida); las reiteraciones (de léxico, de estructuras, de ideas) que imprimen un ritmo de lamento constante; y el enorme lirismo (metáforas, adjetivación) que hacen de este librito un llanto incontenible y hermoso.

El año del pensamiento mágico (Joan Didion)

Es un libro que a pesar de ser bastante breve está lleno de matices y resulta bastante intenso. Narra la experiencia personal de la muerte repentina de su marido. En momentos resulta denso. Mantiene una distancia emocional de manera descriptiva muy interesante y aporta un punto de vista muy especial para entender los movimientos internos que genera el proceso de duelo.

Cicatrices del corazón (Rosa Mª Martínez)

 
En este libro sucede algo fundamental dentro de un proceso de duelo. Cuando alguien muere, cuando deja de tener presencia en nuestra vida, se crea un proceso de adaptación. Supone revisar aquello que llevo en la mochila, todo aquello que era importante para mí, y reevaluarlo. Esto hace temblar los valores, creencias, relaciones, prioridades y todo aquello donde se sujeta una vida, para volver a crear algo nuevo, para adaptarnos.

Este libro puede acompañar a transitar el camino del proceso de duelo profundizando en dudas, inseguridades y normalizando muchas de las vivencias que a lo largo de este camino se siente cuando se transita.



¿Qué viene después del mil? (Anette Bley)

«¿Qué viene después del mil?», le pregunta la pequeña Lisa a su amigo Otto, con quien está aprendiendo a contar las estrellas. Lisa ya sabe contar hasta dieciséis, pero en el cielo hay muchas más estrellas, por lo menos mil, le ha dicho el viejo Otto. Con él pasa ratos muy divertidos, pero un día Otto se pone enfermo y muere al cabo de un tiempo. A Lisa le cuesta acostumbrarse a su ausencia. Es la mujer de Otto la que le hace comprender que, aunque no podamos ver a una persona, esta puede seguir presente dentro de nosotros. Un poético cuento ilustrado sobre una entrañable relación de amistad que puede servir de consuelo para todas aquellas personas que hayan perdido a un ser querido.

Te doy mi poder (Paula Rodríguez Manjón)

Este cuento es una tierna historia que narra la relación entre Gusi y Joaquín, y de cómo el amor entre ambos puede ayudarles a sobrellevar mejor una situación difícil que pasa un niño en un hospital durante su tratamiento tras detectarle un cáncer.

En todas partes y en cualquier lugar (Pim Van Hest)

Precioso cuento, con unas imágenes bellísimas donde nos trasportan a disfrutar de las cosas más sencillas y a sentir aquella vinculación con la persona fallecida. Es un homenaje a los detalles y a aquello que ha dejado en nosotros el paso de esa persona por nuestra vida.

No es fácil, pequeña ardilla (Ramón, E. y Osuna, R.)

Es un cuento muy delicado que trata con mucho respeto el dolor. De forma muy explicita pone sobre la mesa el abanico de emociones que vivimos en un proceso de duelo. No es una lectura ligera, pero da consuelo y respuestas a los niños y niñas que están pasando un proceso de duelo. Incluso, como en muchos cuentos, da la paz necesaria para sentir que lo que vivo no es malo ni soy el único que lo vivo. Ayuda a identificarse perfectamente con el personaje y a normalizar muchos de los pensamientos que nos invaden en un proceso de duelo.

¡HEMOS CUMPLIDO 20 AÑOS!

El pasado sábado día 11 pudimos celebrar y compartir con muchos de vosotros y vosotras un espacio de encuentro y reencuentro. Fue bonito veros y sentiros, poder mirarnos, abrazarnos… ¡Nos hacía tanta falta sentir cierta «normalidad»!

Fue un espacio con un único fin, DAR LUZ AL DOLOR, y recordar a la sociedad y recordarnos a nosotras mismas que el duelo debe y merece tener un espacio en el día a día. Y juntos y juntas se lo dimos. Fuimos muchas las personas que pasamos y estuvimos por allí. Algunas vinisteis a acompañarnos a pesar de que hace muchos años que atravesasteis vuestro duelo, y pudimos/pudisteis volver a sentir eso que se siente cuando uno habla un idioma compartido. A veces no es necesario decir, y eso quienes hemos caminado sobre el duelo lo sabemos. Con una mirada o un gesto es suficiente. Con un aquí estoy o un entiendo tu dolor, basta.

Gracias de verdad por ser parte, por acompañarnos y por recordar siempre que Goizargi fue y sigue siendo casa, hogar, soporte, muleta… muchas de las palabras que nos devolvisteis y que pudimos reflejar sobre esas mariposas enormes que nos acompañaron durante la mañana.

Reímos, recordamos, sentimos, lloramos, nos emocionamos… incluso bailamos. Muchos y muchas nos dimos espacio, permiso para ser y para reír, en definitiva, para vivir. Porque el duelo cuesta, duele, supone y, en ocasiones, nos limita a seguir viviendo. Por todo eso: GRACIAS.

Gracias también a cada uno y una de vosotras que formasteis parte de este día y que juntos y juntas conseguimos seguir DANDO LUZ AL DOLOR.

Os esperamos el próximo junio… ¡ya serán 21!

El sábado 11 de junio… ¡nos vemos en el Paseo de Sarasate!

El sábado 11 de junio, a partir de las 10 de la mañana, estaremos celebrando nuestro 20 aniversario en el Paseo Sarasate de Pamplona.

Montaremos varios paneles informativos en los que podremos ver el Camino del Duelo y escuchar testimonios de personas en duelo que han querido compartirlos con nosotras. Habrá un espacio en el que expondremos las imágenes que nos estáis enviando y con la que acompañaríais la frase DAR LUZ AL DOLOR. RENACER. Este día, entre todas y todos los presentes, votaremos nuestra favorita y la ganadora será la portada de la revista que publicaremos como resumen de estos 20 años de vida. Hasta el 1 de junio, podéis mandar vuestras fotografías (máximo 3 por persona) al correo info@goizargi.org.

Podremos leer varias frases sobre qué me ayudó y qué no me ayudó cuando estaba en duelo recogidas de los testimonios de 70 personas a las que hemos atendido en estos 20 años de vida. Estas personas también nos transmitieron una palabra con la que definirían qué ha sido y es Goizargi para ellas y estarán recogidas en dos mariposas gigantes.

Además, a lo largo del día hemos organizado varias actividades:

  • 11.00 h. Charla sobre duelo (Paseo Sarasate)
  • 11.00 Taller infantil del cuento Un día todo cambió (Paseo Sarasate)
  • 12.30. Agradecimiento de la directora y el presidente de la entidad (Paseo Sarasate)
  • 12.45 h. Actuación del coro Atarrabia Abesbatza y, a continuación, kalejira con la fanfarre de la peña Muthiko (Paseo Sarasate)
  • 13.30 h. Vermú solidario en el Nuevo Casino amenizado por Los Tenampas. Los tickets cuestan 5 € y ya los tenemos a la venta en el local. También se pueden comprar este día.
  • 20.45 h. Concierto solidario del Coro InTempore Abesbatza en la iglesia de Nuestra Señora del Huerto.

 

Por último, tampoco puede faltar nuestra mesa informativa (con la guía de duelo, trípticos…) y de venta en la que encontraréis las bolsas de tela y los monederos que nos han tejido las chicas del taller de Costura Poderosa.