Estoy en duelo y es Navidad. En mi mesa hay una silla vacía. ¿Qué me pasa? ¿Qué puedo hacer?

Con la cercanía de la Navidad, las personas en duelo comienzan a sentirse peor, sus pensamientos y emociones giran en torno a este tema. Estas fechas contienen una fuerte carga emocional, duelen y les hacen sentirse más sensibles y vulnerables.

Esta época del año es tiempo de encuentros y celebraciones con familia, amigos y compañeros. Es tiempo de alegría y de luz, pero ante la pérdida de un ser querido el dolor se intensifica, se teme la llegada de las reuniones sociales y familiares y aparece la incertidumbre y las dudas de cómo afrontarla.

Deseamos la presencia del ser querido fallecido y el dolor nos asalta con su ausencia, sentimos un vacío imposible de llenar y surgen emociones y sentimientos confusos que nos invitan a la nostalgia, a la melancolía y al recuerdo; pero también a compromisos, reuniones y encuentros que sienten que no pueden afrontar.

Es normal que las personas en duelo se sientan sin ilusión y sin ganas de celebraciones y, depende del momento en el que se encuentren en sus procesos, se vean incapaces de compartir algunas celebraciones. Se enfrentan a un conflicto ya que lo que ellos sienten en su interior es incongruente con lo que sucede a su alrededor: entran en conflicto emocional, les duele el ruido social, las celebraciones, las luces, la alegría colectiva… Tienen miedo a enfrentar la realidad de la silla vacía, tienen miedo al desborde emocional, no quieren fastidiar la fiesta a los demás, no encuentran sentido y no pueden compartir como lo hacían antes. Su vida y su mundo es diferente. Además, les cuesta expresar lo que necesitan. ¿cómo les digo que quiero estar sola/a? Y muchas veces se obligan a estar donde no desean.

Formas frecuentes de afronta estas fechas.

Habitualmente expresan que les gustaría:

  • Suprimir la Navidad para evitar cualquier tipo de celebración y para evitar las emociones asociadas.
  • Actuar como si nada hubiera pasado, sentir la obligación de respetar lo que se ha hecho siempre y como siempre.
  • Hacer algo diferente, introducir cambios: cambiar el lugar de celebración, cambiar rituales, hace un viaje, estar solo/a…

Cada duelo es único y cada persona tiene necesidades distintas, no hay una única manera de celebrar la Navidad. Este año será diferente, será la navidad que elijamos vivir solos o acompañados, en un lugar u otro. No hay nada ni bien ni mal. Es importante escuchar y respetar las decisiones que cada uno tome y su manera de estar o no estar presente.

Yo que le acompaño, ¿qué puedo hacer?

  • Aceptar su dolor, no evitarlo. Tiene sentido, es fruto del apego.
  • Normalizar su experiencia, intentar no añadir más sufrimiento.
  • Darle permiso para estar mal, bien o regular.
  • Preguntarle qué le ayuda y qué no le ayuda.
  • Expresar y compartir el dolor con las personas que queremos y nos quieren.
  • Hablar del duelo puede ser incómodo, pero es sano
  • Dar presencia a la ausencia, diseñar un pequeño ritual para dar luz, espacio a la persona fallecida.

Yo que estoy en duelo, ¿qué puedo hacer?

  • No te juzgues.
  • Cuídate y deja que te cuiden
  • Retírate si lo necesitas, no te aísles.
  • Date permiso para cambiar de opinión.
  • Escucha a los demás y decide por ti.
  • Revisa cómo quieres vivir esta Navidad, reinvéntala.

¿Qué puede ayudar?

  • Hacer una reunión previa a la celebración familiar, si es posible. Para escucharnos y compartir nuestras necesidades.
  • Respetar todas las decisiones y maneras de vivir esta experiencia, aunque no se compartan.
  • Comprender, empatizar, no juzgar, no comparar, no minimizar,
  • Permitir las retiradas,
  • Permitir los cambios de decisión de última hora.
  • Romper muros de silencio. Hablar, nombrar lo evidente.
  • Acompañar es estar con…. lo que necesita la persona que acompañamos,
  • Siendo auténticos, de verdad, que sienta que nos importa.
  • Darles nuestra presencia, estar para ellos.
  • No inventarnos lo que necesita.
  • Importante preguntarle: ¿cómo es parar ti? ¿qué te parece si…?
  • La lástima lastima. Mirarlos con pena y lástima no les ayuda. Tienen capacidad para tomar sus decisiones.
  • Importante vivir en el presente, para evita añadir más sufrimiento
  • Si es posible, pactar un acto simbólico, un pequeño ritual para dar luz a la ausencia antes de la celebración para dar lugar la persona fallecida.
  • Permitirnos los recuerdos, las anécdotas…  

Recomendaciones finales

Resulta difícil dar recomendaciones concretas, ya que cada persona vivirá estos días según su experiencia vital y familiar y en función al tipo de afrontamiento que haya puesto en marcha.

Algunas recomendaciones generales

  • Mirarnos y mirarles con capacidad, confiar en vuestros procesos de duelo.
  • Cada dolor es único. Cada persona buscará su manera
  • Regalar nuestra presencia, a veces no es necesario nada más
  • No olvidar dar espacio a los niños, ellos también están en duelo
  • No hay nada ni bien ni mal
  • Recordar los buenos momentos vividos con la persona fallecida nos ayudará a «sentirla» más cerca.

Esperamos que estas recomendaciones os ayuden a transitar estas fechas de la manera mas adecuada para cada uno de vosotros y vosotras. Nuestro objetivo es orientar a los dolientes y a las personas que les acompañan a afrontar la Navidad sin su ser querido con una mirada amplia y consciente de la experiencia humana de dolor que conlleva la muerte.

Record-ARTE. ‘La expresión artística como herramienta en el proceso de duelo’

Hemos organizado Record-ARTE, un ciclo cultural en el que se engloban actividades relacionadas con diferentes corrientes artísticas con el objetivo de disfrutar de cómo el arte puede ser una herramienta de ayuda cuando estamos en duelo.

Tendrá lugar del 30 de octubre al 18 de diciembre en el salón de actos y en el patio del civivox Condestable (C/ Mayor, 2, Pamplona). Este es el programa completo:


POESÍA

RECITAL POÉTICO con Begoña Abad

Recital poético en el que el público adquiere protagonismo, preguntando y compartiendo lo que le ha transmitido.

30 OCTUBRE, miércoles. 19:00 h.

Todos los públicos. Gratuito. Entrada libre hasta completar aforo


TEATRO

TEATRO INFANTIL Y FAMILIAR: El jardín de Olivia, de la compañía navarra Pájaros Pintados.

Es el primer día de la primavera y Olivia vuelve al jardín a verlo nacer y a limpiar los restos que ha dejado el invierno. Pero Olivia no está sola, en este jardín florecen los recuerdos cultivados generación tras generación por las mujeres de la familia. Un viaje a través de las ausencias y del paso del tiempo, a través de la despedida y del reencuentro con la mascota de la infancia, con los abuelos, con los padres y con nuestras raíces. Día tras día, año tras año y flor tras flor, siempre guardamos la esperanza de una nueva primavera.

03 NOVIEMBRE, domingo, 12:30 (euskera) y 18:00 (castellano). Coloquio después de cada representación

+6, en compañía de una persona adulta. 1€. Con inscripción previa

ACTIVIDAD DIDÁCTICA INFANTIL. 13.30 (euskera) y 19:00 (castellano)


CINE

Proyección de dos cortometrajes que versan sobre la muerte y el duelo con posterior análisis y coloquio entre el equipo de la entidad, parte del equipo de la película y las personas asistentes.

ABRIL SE FUE EN NOVIEMBRE. Cortometraje de ficción de ROSA CABRERA DÍEZ (directora).

Un día cualquiera, Abril, una adolescente de 14 años, se suicida sin razón aparente. Su gesto desconcierta a familia y amigos. Años después, Mara continúa tratando de superar la muerte de su amiga. Quiere avanzar y seguir adelante con su vida. Pero ¿podrá hacerlo sin traicionar el recuerdo de Abril?

EL CAMINO DE NEREA. Cortometraje documental, de MERCEDES ARANGUREN (directora).

A través de los testimonios de varias personas, va descubriéndose la figura de Nerea. Su forma de ser, de enfrentarse a las dificultades, su alegría, su fortaleza, su sencillez, su humildad, su ayuda desinteresada a los demás y su ejemplo, llega al corazón de las personas que la conocen, para quedarse en sus vidas.

08 NOVIEMBRE, viernes. 19:00 h

+7, en compañía de una persona adulta. Gratuito. Entrada libre hasta completar aforo


ENCUENTRO MUSICAL

Mesa redonda, dinamizada por el equipo de la entidad, en la que participarán personas que han transitado su proceso de duelo con Goizargi y o que de alguna manera ha tenido relación con la entidad, y que han creado una canción en memoria de su ser querido fallecido.

15 NOVIEMBRE, viernes. 19:00 h

Todos los públicos. Gratuito. Entrada libre hasta completar aforo


LA SILLA VACÍA EN NAVIDAD

CONFERENCIA

En esta fecha llena de celebraciones y encuentros familiares los recuerdos de nuestros muertos están más presentes que nunca. Para las personas dolientes, que están viviendo un duelo, las Navidades suponen una lucha en la que deben gestionar un torbellino de emociones que, muchas veces, ni ellas mismas saben identificar. ¿Cómo puedo afrontar la Navidad sin mi ser querido? ¿Cómo puedo celebrar si por dentro solo siento dolor y vacío? En esta charla queremos dar lugar, hablar, sentir y acompañar a las personas en duelo.

18 DICIEMBRE, miércoles. 18:00

Todos los públicos. Gratuito. Entrada libre hasta completar aforo


EXPOSICIONES

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA

Exposición de fotografía de duelo gestacional, perinatal y neonatal. ASOCIACIÓN ESKU HUTSIK & NEREA GARAIZAR.

EXPOSICIÓN. Muestra de 10 obras. 5 obras exclusivas y utilización de 5 diseño. 72 KILOS

EXPOSICIÓN. Muestra de obra del artista visual navarro. IONAN AISA

VISITAS ACOMPAÑADAS a las exposiciones

AZAROAK 11 NOVIEMBRE, lunes. 18:00 (euskera) y 19:15 (castellano)

AZAROAK 25 NOVIEMBRE, lunes. 18:00 (euskera) y 19:15 (castellano)

Gratuito. Con inscripción previa


XI Jornada sobre el Duelo: ‘Una muerte en la familia. ¿Un único duelo?’

El 26 de octubre, sábado, organizamos la XI Jornada sobre el Duelo, que este año versará sobre ‘Una muerte en la familia. ¿Un único duelo?’. Será una jornada en horario de mañana y gratuita.

Cuando fallece un ser querido se altera el sistema familiar. La consiguiente adaptación a la pérdida supone una reorganización a corto, medio y largo plazo, de dicho sistema, en la que las etapas de duelo intrafamiliares e individuales se influyen recíprocamente.

No todas las pérdidas entrañan una crisis y si las condiciones son favorables y ha podido realizarse un trabajo previo, el duelo puede transitarse normalmente sin que la familia necesite ayuda especializada. No obstante, en numerosas ocasiones la muerte de un ser querido provoca una importante crisis vital tanto en el plano individual como en el familiar. Uno de los aspectos que podría verse afectados es la identidad de la familia y la de sus integrantes. La recuperación de la crisis requiere un proceso de transformación que incorpore la pérdida sufrida y que sirva de puente para acceder a una nueva identidad.

La estructura del sistema familiar, los roles desempeñados por el fallecido o fallecidos dentro de la familia, la calidad de la comunicación y del apoyo entre las personas que la componen, y el tipo de muerte en el ciclo de la vida familiar van a favorecer o entorpecer el desarrollo del duelo individual.

En la XI Jornada sobre el Duelo ‘Una muerte en la familia. ¿Un único duelo?’, queremos conocer la realidad de las familias a través de sus experiencias, así como la de los y las profesionales que, desde distintos ámbitos y perspectivas, tienen un contacto diario con ellas.

Las inscripciones están abiertas a través de este enlace https://forms.gle/gykYjMGXtdyY6BHfA


Programa

9.00 Apertura de la Jornada

  • Patricia Segura. Directora Gerente Hospital San Juan de Dios    
  • Rakel Mateo. Directora de la Asociación Goizargi
  • Fernando Domínguez. Consejero de Salud del Gobierno de Navarra.

9.30 Contextualización de la Jornada

Rakel Mateo. Directora y psicoterapeuta de la Asociación Goizargi

9.45 ‘Ayer y hoy de las familias y sus duelos’

  • Pablo Echeverría, investigador de la UPNA             

10.30     ‘Movimientos familiares en el duelo’      

  • Ana Belén Pardo, gerente y directora de Sorkari S.L Centro de Formación y Atención Integral al desarrollo de la persona

11.15 Turno de preguntas del público

11.30  Descanso

12.00 Mesa de profesionales y testimonios

13.30 Turno de preguntas del público

14.00 Cierre de la Jornada

A lo largo de la Jornada contaremos con la intervención de Sembrando ilusiones, asociación sin ánimo de lucro de payasos voluntarios de hospital.

X Jornada sobre el Duelo: Duelo y vejez

El 4 de noviembre, sábado, organizamos la X Jornada sobre el Duelo, que este año hemos titulado Duelo y vejez. El valor de la experiencia. Será una jornada en horario de mañana y gratuita.

El duelo nos ha acompañado a lo largo de la historia y es algo inseparable del ser humano. El cambio social y cultural que se ha ido produciendo en los últimos años ha hecho cambiar la forma de vivirlo y, sobre todo, de afrontarlo. La desvinculación del grupo social y familiar y la transformación progresiva en una sociedad más individual y aséptica nos ha llevado a no tener contacto con la muerte salvo cuando nos afecta de manera directa. Es en estos momentos cuando, a través de las generaciones, se puede ver este cambio de manera más clara, al tiempo que se observa cómo se han creado necesidades distintas en el acompañamiento del duelo.

La vejez es una etapa caracterizada por la acumulación de pérdidas tanto en su propia persona como en su entorno. Desde pequeñas despedidas hasta aquellas que implican una ruptura con uno mismo: el deterioro físico a la hora de desenvolverse en la rutina, el deterioro de las facultades mentales, la muerte de la pareja o de un hijo, de amistades …

Al igual que en cualquier momento vital, desde los ámbitos profesionales así como de los sociales y familiares, en la vejez es importante conocer las manifestaciones normales del duelo y ser cautos en su interpretación y valoración para no caer en el error de considerar patológicas manifestaciones completamente naturales y adaptativas de este proceso. De la misma forma, hay que prestar atención a posibles indicios de que el duelo pueda no estar siguiendo un curso adecuado para poder intervenir y evitar consecuencias mayores.

Las inscripciones están abiertas a través de este enlace https://forms.gle/1LnY4woDoJnnLUBL7

Programa

9.00 Apertura de la Jornada

Patricia Segura. Directora Gerente Hospital San Juan de Dios    

Rakel Mateo. Directora de la Asociación Goizargi

Mª Carmen Maeztu. Consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo

9.30       Contextualización de la Jornada

Juan Pedro Arbizu. Director EAPS del Hospital San Juan de Dios de Pamplona

10.00     ‘El valor del Duelo en la vejez y la Experiencia en la Atención Sanitaria’

Marcos Lama. Médico de Familia. Máster en Cuidados Paliativos             

11.00     ‘Distintas miradas a la vejez y duelo’      

Modera Mikel Oier Berástegui. Terapeuta de la Asociación Goizargi

–  Idoia Lorea. Psicóloga de AFAN

–  Sandra Pereda. Trabajadora Social en el Centro de Salud de Elizondo

–  Yolanda Liberal. Psicóloga en Casa de Misericordia

11.45  Descanso-Café

12.15 ‘El valor del Duelo en la vejez y la Experiencia en la Sociedad’

Camino Oslé. Diplomada en Trabajo Social, Licenciada y Doctora en Pedagogía, Máster en Gerontología Social

13.00 Mesa de testimonios

Modera María San Martín. Psicóloga EAPS del Hospital San Juan de Dios de Pamplona

14.00 Cierre de la Jornada

A lo largo de la Jornada contaremos con la intervención de Montse Zabalza, actriz y bailarina

¿CHARLAMOS SOBRE LA MUERTE

El duelo es la reacción natural ante la muerte de un ser querido, es un proceso funcional, sano y necesario de vivir para adaptarnos a esta nueva realidad. Una de las pocas verdades que podemos afirmar es que a todas las personas se nos muere un ser querido y que todas vamos a morir. Pero seguimos siendo una sociedad con miedo a hablar de la muerte y ello nos incapacita en el acompañamiento de estos procesos de dolor y de pérdida.

¿Charlamos sobre la muerte? es una serie de encuentros con los que queremos acercar diferentes aspectos del duelo que, tarde o temprano, nos van a afectar en nuestro día a día, y crear un entorno amable en el que las personas que acudan puedan compartir las incertidumbres y miedos que les provoca este tema. Queremos generar un cambio de mirada social hacia la muerte y el duelo y darles su espacio como parte de la vida.

Un jueves al mes estaremos en el bar La Huerta de Chicha para hablar sobre el tabú del duelo en la sociedad, el duelo en la infancia, cómo acompañar en el duelo, el paso del tiempo en el duelo y fiestas y duelo. De 19.00 a 20.00 h compartiremos algunas pinceladas sobre estas cuestiones y responderemos a las dudas e intereses de todas las personas que queráis compartir este rato con nosotras.

Cartel de los encuentros

Jueves, 23 de febrero. El tabú del duelo en la sociedad

La muerte y el duelo siguen siendo una de los grandes tabús de nuestra sociedad que, junto a los mitos que les envuelven, ocasionan miedos que impiden vivirlos con naturalidad. En este encuentro queremos romper estos tabús y dar una visión más real.

Jueves, 16 de marzo. Duelo en la infancia

Los niños y niñas son los grandes olvidados en el duelo. Queremos generar un espacio para hablar de cómo acompañar su procesos tan válidos y necesarios como los de los adultos.

Jueves, 20 de abril. Acompañar en el duelo

Cuanto más sano y funcional sea el entorno, más eficaz y adecuada podrá ser sentida la pérdida y la muerte. Disponer de herramientas para acompañar a las personas dolientes es determinante para facilitar o dificultar la elaboración del duelo.

Jueves, 18 de mayo. El paso del tiempo en el duelo

El tiempo forma parte del proceso de duelo. Erróneamente se cree que los duelos se elaboran con el paso de los meses, pero si no se realiza un trabajo, el tiempo por sí solo no cura. Solo nos demuestra que la persona que ha muerto sigue muerta.

Jueves, 15 de junio. Fiestas y duelo

Las fiestas son eventos en los que prima la vida, la felicidad y el disfrute donde parece que el duelo no tiene lugar. Queremos mostrar la realidad de las personas en duelo en estos momentos, que varían desde el rechazo o evitación hasta la euforia.

«La paz que transmitías con la sonrisa de tus ojos ha quedado grabada en mi memoria»

«Me pongo ante un folio en blanco y las únicas palabras que surgen en mi cabeza son GRACIAS: gracias por haberte conocido, por haber compartido estos años juntos, por abrirme las puertas a tu mundo. De cada sesión escuchándote salía con una sensación de placer. Cuando conoces a alguien que sabe el camino que recorre y ha hecho las paces consigo misma y con el propio camino, te hace sentir acogido y aceptado en todo momento.

La paz que trasmitías con la sonrisa de tus ojos ha quedado grabada en mi memoria. Relatabas con total naturalidad y aceptación una vida de continuas renuncias, de continuos duelos. Has sido un ejemplo de vida.

Mantuviste la lucha con los médicos como aliados hasta el final. Aunque físicamente no estás aquí, sigues muy presente en cada una de las charlas, grupos o sesiones que tengo. Tu forma de afrontar la adversidad, de entender la vida y sus renuncias formará siempre parte del espíritu de Goizargi.

Tu silencio, tu dejar fluir y sacarle una sonrisa a cada una de las consecuencias de tu enfermedad estará siempre presente. Esta es la manera más hermosa de perdurar en la eternidad: poder trasmitir a todo aquel que nos rodea unos valores y una forma de entender la vida.

Cuando pienso en ti, tus ojos me siguen sonriendo.

Con todo el cariño y agradecimiento del mundo.

Gracias, Mertxe».

Mikel Oier Berastegui Polo

Cómo vivir y acompañar la Navidad cuando estamos en duelo

Vivir la muerte de un ser querido es todo un desafío, saber «bien» acompañarlo también. Más aún en estas fechas tan señaladas. Por ello, os dejamos ocho pautas para vivir y acompañar el duelo en Navidad de una manera más sana.

1. Revisa cómo quieres vivir las Navidades

A veces no es fácil saber qué es lo que necesitamos o queremos, y menos cuando estamos viviendo un proceso de duelo en el que muchas veces tenemos que lidiar con nuestro ruido interno debido a la intensidad y fuerza de un millón de emociones diferentes. Te invitamos a que puedas plantearte las siguientes preguntas: ¿Qué necesitas? ¿Qué quieres? ¿Qué te apetece hacer (o no hacer)?

Cuando estamos «sobreviviendo» a nuestro dolor interno es posible que no encontremos la fuerza para hacer este tipo de ejercicios. Es normal. Sin embargo, si dedicas un tiempo a observarte y preguntarte esto, te va a permitir planificar y estructurar con tiempo las cosas que necesites y desplegar aquello que necesites para conseguirlo.

Forma parte del aprender a «mirarte» y autorregularte. Recursos importantes para ir recuperando el control, la seguridad y el equilibrio de tu vida. Si necesitas ayuda para ello, pídela a personas referentes para ti. Cuando nos encontramos perdidos en una montaña, tener una brújula nos puede salvar la vida y el momento.

2. La montaña rusa emocional es normal

Cuando vivimos la muerte de un ser querido parece como si nos subiésemos a la montaña rusa más grande del mundo. ¿Sabíais que cada persona tiene su propia montaña rusa emocional? Es una atracción con subidas y bajadas muy peliagudas que hace que el dolor, los nervios, la angustia, la tristeza, el miedo, las emociones contradictorias o ambivalentes se disparen e intensifiquen hasta sentirlas totalmente descontroladas.

A veces, es cuestión de minutos, otras de días, otras de meses. Lo cierto es que no es nada agradable y nada fácil vivir ahí subida.

Nos parece importante que tengas en cuenta que esto es NORMAL y NATURAL en los procesos de duelo. Te proponemos que te visualices en esta montaña rusa cuando sientas que vas a llegar o estás en un pico de dolor y que trates de recordarte que es parte del proceso, algo natural y normal, que todo pasa y esto también lo hará.

3. El dolor emocional no mata

Hay momentos en los que tenemos la sensación de que la ausencia y el dolor emocional nos van a ahogar, a desgarrar o que nos va a hacer retroceder en nuestro proceso de duelo. Es un momento muy duro y angustiante que forma parte de esa montaña rusa emocional. Te invitamos a que recuerdes QUE EL DOLOR NO MATA, aunque a veces tengamos la sensación contraria.

QUE EL DOLOR DUELE. Esto a veces es difícil de entender, por lo que os invitamos a pararos aquí y tratar de imaginar que la muerte de un ser querido es una herida muy profunda en el alma que puede asemejarse a una rotura de un hueso o varios a la vez. Si la herida física duele, la emocional también. Y necesita curas y reposo para poder curar.  Visto así, podemos naturalizar y dar un lugar al dolor. Nadie nos lo va a quitar, pero cuando comprendemos las cosas podemos encontrar alivio y fuerza para atravesarlas.

4. Recuerda: «no tienes que nada»

Recuerda que no tienes que celebrar nada que no sientas o quieras. El acto de celebrar no es una obligación, es un derecho. No te exijas estar y hacer las cosas del mismo modo como en años anteriores. Es importante que tengas en cuenta que cuando estamos en duelo, nos duele todo. Nos duele el corazón emocional, nos duelen los recuerdos y también nos duele el cuerpo físico, y es muy habitual no encontrarnos con fuerza ni motivación para hacer nada. Respeta tu ritmo. Pide ayuda. Delega.

A veces, dentro de las familias surgen dificultades pues cada persona necesita cosas diferentes y esto
genera desacuerdos. Aquí es importante recordar, que «NO HAY DUELOS, HAY DOLIENTES», que el proceso de duelo es un proceso PERSONAL e INTRANSFERIBLE, una experiencia EXCLUSIVA de cada persona y que, por lo tanto, es normal que necesitemos llevar ritmos diferentes.

A veces caemos en imponer y obligar a las demás personas a vivir o hacer las cosas como yo quiero/siento.  En este sentido, os recordamos que decir «no», a veces es decirse «sí» a una misma. Y esto significa atenderme y cuidarme. Y esto es sano. Tenemos que dar espacio y lugar a cada miembro de la familia.

¡Tú, tu familia, tus amigos, sois un bastón de apoyo fundamental, utilizaros!

5. «La lástima, lastima, y la sobreprotección, también»

Una de las cosas que nos suele dar mucho «susto» en estas fechas tan señaladas es dejar a una persona sola en casa. Esto es normal, pues nos dejamos llevar por la pena, la preocupación y el miedo de que a esa persona que está viviendo el duelo le pueda ocurrir algo malo.

Recordar que las personas que vivimos un duelo a veces necesitamos estos ratos de soledad y de dolor para poder sentirnos mejor y «volver a la carga».

La preocupación y el miedo se desvanecen cuando somos capaces de comprender la situación y la necesidad. Para ello, os proponemos que podáis abrir una vía de comunicación en vuestra familia y explicar las razones o los motivos por los que necesitas estar solo. Os proponemos salir del silencio y nombrar lo evidente, lo qué os pasa. Seguro que así pueden entenderte mejor y eso les tranquiliza. Además, podéis llegar a un acuerdo de «os haré saber si os necesito».

6. ¿Está bien distraerse del dolor?

Partiendo de que no hay nada «bien o mal», sino «sano y no sano», a veces todo aquello que permita «desembotar-nos» y salir de nuestro dolor es sano. Como hemos dicho, hay momentos en los que una persona necesita «bucear hacia adentro» y conectar con su dolor para comprenderlo y poder empezar a asumirlo. Esto es un mecanismo natural y sano.

La situación se vuelve complicada y es aquí cuando debemos preocuparnos, cuando por defecto tendemos a evitar todo lo que nos haga sentir y recordar; cuando no expresamos o hablamos del dolor, de lo que nos pasa y nos lo quedamos para nosotros mismos. Esto puede dar lugar a un «enquiste emocional» haciendo que el duelo se cronifique en el tiempo.

Lo importante, y te proponemos que puedas hacerlo, es que busques maneras en las que te sientas cómodo para poder expresar, hablar, escribir, gritar, llorar y hasta reír tu dolor. También te proponemos el que puedas hacer una «lista SOS» con aquello que te ayuda y que no te ayuda. Puedes tenerla a mano en los momentos más difíciles para que te ayude a salir de ellos.

7. «(Des)lealtades que duelen»

El sentimiento de deslealtad es un sentimiento que nos hace sentirnos sin derecho o permiso para experimentar ciertas vivencias asociadas al placer o al disfrute. «No voy a poner el pino de navidad porque él no está», «no voy a poner música porque me siento culpable si lo hago», «si me disfrazo este año, siento que le falto al respeto», «si no pienso en ella, siento que la abandono, la olvido y me alejo». Este sentimiento de «(des)lealtad» es natural y normal, pero también puede enquistarse y cronificarse en el tiempo, lo que hace que nuestro dolor se intensifique y que cada vez tengamos menos derecho de vivir tal y como queremos o necesitamos.

Las Navidades son unas fechas que revuelven este tipo de sentimientos. Os invitamos a reflexionar sobre el sentido de este sentimiento. EL DUELO NO IMPLICA OLVIDAR, IMPLICA APRENDER A RECORDAR A LA PERSONA QUE HA MUERTO a través de maneras que no nos quiten espacio ni vida; al revés, que nos sumen tranquilidad, alivio, «calor».

Aislarte en tu dolor es imponerte sufrimiento. Aislarte en tu pena es limitarte tu alegría. Una época que termina, otra que empieza. Un duelo no implica olvidar, implica comprender el fin de una forma de vivir con todo lo que ello supone.

«Quizás baste con darnos cuenta de lo que necesitamos para seguir viviendo» y desde ahí poder rediseñar y construir una nueva manera de vivir la vida, los aniversarios, las Navidades, las fechas señaladas, los lugares, los encuentros, los olores… Todo.

Un abrazo muy fuerte a todas las personas que estáis viviendo y acompañando la muerte de un ser querido

El equipo de Goizargi

El proceso de duelo a través del dibujo

Para completar el escrito de la semana pasada, nos gustaría mostraros algunos ejemplos de dibujos que niños, niñas, adolescentes y personas adultas nos han permitido compartir con todas y todos vosotros.

En estos dibujos podemos ver de qué manera le vamos poniendo forma a las emociones, situaciones y procesos que muchas veces nos cuesta hacerlo con palabras.

  1.  Peque de 12 años.

Antes de realizar este dibujo, estuvimos hablando sobre lo difícil que nos resulta muchas veces conocer nuestra emoción y expresarla en nuestro entorno. Nos da miedo que nuestras emociones hagan daño o no tengan lugar a nuestro alrededor y nos las guardamos. Al intentar reflejarlo con el dibujo, apareció esto: muchas emociones que se mezclan entre ellas, con diferentes formas, y la sensación de que se sumergen en un pozo oscuro cuando no las compartimos (que muchas veces acaba explotando).

  1. Peque de 11 años.

En la sesión, sentíamos que, en el proceso de duelo, al pensar en nuestros seres queridos que han muerto, una bola gigante aparece en nuestra tripa y hace que nos duela todo el cuerpo. Nos dimos cuenta de que las emociones se entrecruzan y se atascan… Le invitamos a plasmarlo en el papel (con pintura de dedos) y luego poco a poco, observando el dibujo, a intentar conocer cuáles eran las emociones que se agarraban en la tripa.

  1. 32 años.

Cuántas emociones aparecen a lo largo del proceso: tristeza, nostalgia, rabia, miedo… Una de ellas, que nos cuesta mirar, es la culpa. Qué difícil es ponerle palabras y darle forma. Lo intentamos a través del dibujo pudiendo darnos cuenta del peso que implica esta emoción, de cómo nos oprime el pecho y la garganta, se nos enreda en la cabeza e incluso nos dificulta mirar hacia adelante. Ahora podemos darle lugar, intentar desenredarla, cambiarla de forma… Gran tarea.

  1. 33 años

Conforme transitamos el proceso, también vivimos millones de emociones que nos acompañan a lo largo del mismo. Nos cuesta darnos cuenta de que, paso a paso, van cambiando y el dolor se transforma. Hay veces que necesitamos echar la vista atrás y tomar consciencia de todo lo caminado, de todo lo transitado… En este dibujo, intentamos reflejarlo: cómo del dolor más oscuro y profundo, aparecen diferentes emociones. Todas ellas sanas, con su función y su vida.

  1. Peque 10 años.

También en la infancia, echar la vista atrás y reconocer el proceso elaborado es muy importante. En este caso, lo elaboramos en forma de camino y de cómo las emociones van cambiando en el mismo, del rojo más rabioso y doloroso, al amarillo y blanco, como la luz. Dándonos cuenta de que nuestro corazón va cambiando, nuestra herida va sanando, dejando siempre una cicatriz y un lugar muy especial para nuestro ser querido muerto en el corazón.

  1. Peque 9 años.

Y finalmente, en este dibujo podemos observar diferentes momentos significativos del proceso de un peque tras vivir la muerte de un ser querido. El dolor y la tristeza de la noticia, la importancia del compartir con un grupo de iguales (en el q compartimos nuestras emociones y a nuestros seres queridos muertos); lo esencial del acompañamiento y la necesidad de la despedida en familia.

Gracias, de corazón, por darnos la oportunidad de compartir estos dibujos, vuestras emociones y vivencias. A través del dibujo, podemos plasmar, ordenar, recolocar y expresar tanto como necesitemos. No olvidemos que es una gran herramienta en la expresión y en el acompañamiento.

¿Cómo utilizar el dibujo como medio de expresión?

En nuestra sociedad nos cuesta mucho dar espacio y lugar a las emociones, no a todas, pero sí a la mayor parte de las que vivimos en los procesos de duelo. La alegría o el amor lo compartimos sin ningún problema, forma parte de nuestras relaciones sociales y estamos acostumbrados a expresarlo, a verlo y escucharlo en nuestro alrededor, pero ¿qué ocurre con otras emociones como la tristeza o el enfado? 

Parece que hemos «catalogado» las emociones en dos grupos, las positivas y las negativas, forjando una tendencia a evitar aquellas que consideramos negativas o nos producen dolor, creyendo que así no lo sufriremos. Esto ha generado una dificultad en nosotros a la hora de expresar nuestras emociones en sociedad, de darnos el permiso de darles su lugar y compartirlas con nuestro alrededor.

Asimismo, esto se les transmite a las y los más pequeños, aunque ellos todavía se dan el permiso de expresar cada emoción que aparece en sus tripas. La dificultad que podemos encontrar en ellos es la del conocimiento y reconocimiento emocional, ya que están en un continuo proceso de aprendizaje a todos los niveles y necesitan a las personas adultas como modelos para conocer las emociones y su expresión.

Cuando no podemos compartir y expresar verbalmente nuestras emociones, utilizamos muchas herramientas que nos permiten expresarlas de diversas maneras, entre ellas podemos usar el deporte, la música o el dibujo. Esta semana, vamos a darle un espacio al dibujo como medio de expresión, no solo en la infancia, también en la etapa adulta. El dibujo es una herramienta de expresión que nos acompaña desde bien pequeños y que, de forma muchas veces inconsciente, hemos utilizado para expresar lo que no podemos con palabras.

Sacar la emoción

Podemos utilizarlo en aquellos momentos que sentimos la necesidad de sacar esa emoción, pero no sabemos hacerlo con palabras o preferimos hacerlo en la intimidad. No necesitamos que exista un objetivo concreto, simplemente podemos coger un folio y diversas pinturas, buscar un espacio tranquilo y cómodo en el que sintamos seguridad, y darnos el permiso de sentir aquellas emociones que se mueven en nuestro interior y darles forma en el papel. Muchas veces, relajarnos y respirar profundamente nos ayuda a sentir más tranquilidad en nuestro cuerpo y permitir que las emociones aparezcan. Podemos incluso cerrar los ojos e intentar escuchar nuestro cuerpo, ver si se mueve o, incluso, si hay partes del mismo que molestan o están tensas, como si sostuvieran alguna emoción. Mirándolo, escuchándolo, sin juicio, permitimos que nuestro cuerpo se suelte y la emoción aparezca poco a poco.

Hay momentos en los que necesitamos algo más para conectar con nuestras emociones, buscar estímulos que nos permitan esa conexión puede ser de ayuda para luego darles lugar a través del dibujo. Una canción, una película o una reflexión sobre las emociones podría facilitar esa conexión y después acompañarnos en la expresión.

Cuando utilizamos el dibujo en las y los más pequeños es necesario que reciban una pequeña guía, que hablemos con ellos sobre las emociones, que las conozcan y, después, intentar facilitar que las reconozcan en ellos mismos. Pedirles que dibujen cómo son sus emociones, compartir un recuerdo o una vivencia con ellos y que dibujen cómo se sintieron entonces, incluso que dibujen cómo ha sido su emoción a lo largo de un tiempo o proceso. Esto les ayudará a conocer su mundo emocional, a normalizarlo y tomar consciencia de que cada emoción tiene su lugar y su función, nos acompañan en diferentes momentos de nuestra vida, son como guías que nos muestran cómo está nuestro cuerpo y, muchas veces, cuáles son nuestras necesidades.

La verbalización emocional en la infancia es muy limitada, por lo que el uso del dibujo nos puede facilitar la expresión y ayudar a conocer su emoción y acompañarla de la forma más adecuada. Es importante, en el caso que así lo veamos necesario, dar un espacio a compartir los dibujos con las y los más pequeños, esto nos dará más información sobre su emoción y también fomentará el conocimiento y expresión verbal de sus emociones. Sería vital favorecer la expresión de cualquier emoción, desde bien pequeños, fomentando así la elaboración de herramientas que nos acompañen a lo largo de la vida, facilitando el reconocimiento, la expresión y la gestión emocional.

Acompañar es ESTAR CON LO QUE HAY

Que difícil resulta casi siempre colocarse delante de alguien que se duele y sufre, que duro es encontrar las palabras adecuadas; y cuanta influencia tenemos cada uno de nosotros y nosotras en la evolución del otro.

Vivimos llenos de aprendizajes erróneos, de creencias de cómo tienen o no que ser las cosas, de mitos adquiridos que nos ayudan poco o nada en el acompañamiento que hacemos a las personas que se duelen y sufren.

Hay ciertas premisas que pueden ayudarnos a entender, en parte, el sentir de la otra persona y de este modo no juzgar su camino.

Las personas en duelo necesitan ser entendidas y escuchadas sin juicio. Necesitan una relación sana en la que nosotros (acompañantes) entendamos que ellas son capaces de transitar su dolor. Necesitan sentir que estamos, que somos parte de lo que les sucede, que podemos ayudar a sostenerles porque su dolor no nos ciega y no nos impide verles. Tarea compleja cuando, a veces, nos invade la necesidad de salvarles, de sacarles de ese lugar en el que ellas están, haciéndonos sin querer protagonistas de una historia que no nos pertenece.

Reconozcamos a las personas que transitan un duelo con capacidad de hacerlo, miremos su dolor con ternura, con compasión, entendiendo que pasará, a su ritmo y a su tiempo. Revisemos qué nos sucede al acompañar a alguien que queremos y se duele, revisemos nuestro modo de estar y de hacer. Las personas en duelo no necesitan ser salvadas, necesitan ser acompañadas y en ocasiones sostenidas.

Igual nos ayuda reflexionar sobre qué es esto de acompañar. Acompañar es ESTAR CON LO QUE HAY, no con lo que a mí (persona acompañante) me gustaría que hubiese. Y esto es importante, incluso esencial cuando hablamos de acompañar. Porque el dolor del otro refleja en muchas ocasiones asuntos propios, temas emocionales que no me permiten estar de manera adecuada en este complejo asunto de acompañar, y porque seguimos necesitando y queriendo salvar a esa persona que tenemos delante de un camino tan doloroso como único y propio.

Reflexionar sobre todo esto, tal vez nos ayude a saber dónde nos colocamos, dónde estamos y, al mismo modo, a entender esa frase inicial que decía: «Si me acompañas y no me juzgas, soy capaz». El duelo duele, es necesario, funcional, adaptativo… necesita ser y necesita un entorno que le dé espacio, lugar y permiso. De esta manera entenderemos y acompañaremos los procesos de los demás de un modo muchísimo más sano.