#dandoluzaldolor, campaña de sensibilización social para dar lugar a nuestro dolor

Queremos impulsar la campaña de sensibilización social #dandoluzaldolor con el objetivo de darle lugar al dolor que sentimos.

Creemos que como sociedad nos sigue costando atender la emoción y seguimos siendo grandes evitadores del dolor. Por ello queremos visibilizar el dolor que sentimos y la necesidad que tenemos de darle un espacio, de darle luz para que pueda ser visto y así sanado.

Nos gustaría contar con vosotros  y que nos ayudéis a poder hacer esto visible a través de dos sencillos pasos:

  1. A partir del martes, 28 de abril, te invitamos a que cuelgues en tus redes sociales una foto en la que aparezcas con un folio en el que escribas una frase del estilo: “Yo elijo mirar mi dolor”, “Mi dolor es importante”, “No niegues mi dolor”… junto con el hashtag #dandoluzaldolor y la fecha 8 de mayo a las 22 horas, y nos etiquetes (tenemos perfiles en Facebook y Twitter). Si no dispones de redes sociales o no sabes cómo hacerlo, puedes enviarnos la imagen a comunicación@goizargi.org o al 660 034 101 y nosotras nos haremos cargo de publicarla.
  2. El viernes, 8 de mayo, a las 22:00 h, saldremos a los balcones y encenderemos una luz para visibilizar nuestro apoyo a este sentir. Ojalá entre todos y todas podamos entender la importancia de esta acción. Quien se duele necesita ser mirado, atendido, acompañado y entre todos y todas podemos conseguir que el permiso y el espacio al dolor sea tan importante como el aplauso y la actitud.

Ayúdanos con tu foto y compartiendo la campaña entre tus familiares y amigos. Entre todas y todos podemos #dandoluzaldolor

Dando luz al dolor

El proceso de duelo es el proceso de dolor que se inicia tras la experiencia de pérdida. Perder a alguien que tiene un valor significativo en nuestra vida, aun siendo una experiencia normal y natural, genera diferentes grados de dolor.

Para enfrentar situaciones de dolor los seres humanos tenemos algunos mecanismos, generalmente inconscientes, que permiten regular emociones, sentimientos y pensamientos que se generan en situaciones de alto impacto emocional.

La negación es un mecanismo que produce una sensación de irrealidad y de incredulidad ante lo acontecido. Se expresa con manifestaciones tipo “no puede ser”, “no me lo puedo creer”, “no es posible”. Es una especie de anestesia emocional que permite suavizar el dolor y dar un poco de tiempo para procesar su significado.

El momento de negación o fase de negación tiene que ver con silenciar, no hablar, adoptar un rol de fortaleza y obviar la realidad de lo que está pasando.

En la situación actual de alarma por coronavirus se están produciendo muchas muertes y experiencias de dolor que se presentan en forma de cifras y números asépticos sin ningún contenido de emoción. Paradójicamente, la muerte está más que nunca en el centro de nuestras vidas y la contamos por miles, pero no tiene todavía espacio a excepción de pequeños gestos individuales.

Cada día, a las ocho de la tarde, nos reunimos para agradecer la labor de los profesionales que cuidan de nuestra salud. A este acto se han ido añadiendo otros lúdicos y festivos, en algunos casos ruidosos, que nos conectan con la vida y con emociones de alegría, disfrute y celebración que, sin duda, son positivos y nacen de la necesidad del ser humano de mirar al futuro en medio de la desesperanza y de sentirnos vivos.

Sorprende que al amparo de esta manifestación no surjan actos colectivos de recuerdo y acompañamiento al dolor y una mirada social hacia las muertes que se están produciendo. En Goizargi nos preguntamos si tiene que ver con el miedo al dolor.

Y también en nuestra mirada a las personas que están viviendo un duelo en primera persona nos preguntamos qué y cómo se sienten, qué esperan, si les estamos acompañando como necesitan, si se sienten incluidos, nos sienten cerca, es suficiente lo que compartimos…

No es nuevo que nuestra sociedad vive de espaldas a la muerte, la muerte es un  tabú y morir un error del sistema que da miedo. Negamos la certeza de la muerte como si eso nos protegiera de ella. Y ahora, aún cuando es masiva y cercana, seguimos negándola, hemos adoptado la inmensa mayoría una actitud de negación colectiva como manera o modo de evitar la realidad. Estamos distrayendo el dolor con festejos de vida y olvidamos que la muerte no deja de estar. Le negamos su lugar.

No sabemos cuanto tiempo más estaremos en negación, queremos confiar en la capacidad y recursos que los seres humanos tenemos para afrontar las dificultades de la vida.

Puede ayudarnos conocer que permanecer excesivo tiempo en negación nos puede impedir hacer un relato sano y realista de la experiencia vivida, y puede dificultar su elaboración e integración. Es decir, puede tener consecuencias en la salud emocional y psicológica.

En resumen, la incapacidad para mirar a la muerte, para darle espacio y para aceptar el dolor que lleva asociado nos hace más vulnerables. La evitación y no aceptación del dolor, el aplazamiento de su expresión, el temor a la muerte no facilita las tareas del duelo y puede complicar la evolución individual y colectiva de esta situación, que sin duda va a dejar huella.

Ojalá la huella colectiva que dejemos pueda ser pintada con el color de todas las emociones sentidas y vividas, sin que evitemos ninguna. Todas son nuestras y, por lo tanto, merecedoras de ser expresadas y tratadas con afecto dándoles el espacio que merecen.

PORQUE MI DOLOR ES IMPORTANTE

Porque mi dolor es importante.

Demasiadas cosas son las que han cambiado en nuestra vida en este último mes. También en la forma de vivir y acompañar la muerte y el duelo.

Queremos seguir visibilizando y dando lugar a esos cambios, a las pérdidas, a la ausencia y al dolor que las acompañan.

“Porque creo que mirar la herida es cuidarla.
Porque quiero seguir poniendo nombre, forma y color a lo que a veces resulta difícil de describir.
Por el dolor que sana.
Por las personas que ya no están.
Por nosotros, que nos toca caminar.
Porque hablar y recordar cura, aunque duela.
Porque nada de lo humano nos es ajeno”.

Para no olvidarnos de todo esto y darle el lugar que merece, desde Goizargi hemos decidido cambiar nuestra foto de perfil e impulsar un movimiento de sensibilización y visibilización del dolor por la muerte, la pérdida y la ausencia.

#Dandoluzaldolor

El duelo en la infancia y en la adolescencia

La muerte forma parte de la vida, no podemos evitarla. Cuando nos toca de cerca necesitamos ayuda, acompañamiento, comprensión y espacio para dolernos. El entorno, la sociedad en general, tiende a distraer, a “proteger”, a evitar que nos dolamos. Esta realidad se incrementa cuando hablamos de nuestros menores.

Tal vez necesitemos lo contrario… Educar para la muerte es inseparable de educar para la vida y nos ayuda a caminar hacia la serenidad de saber vivir cada momento intensamente porque cada instante es único e irrepetible.

Este tríptico recoge algunas pinceladas sobre el duelo en los menores, cómo lo viven y como podemos acompañarles en su proceso.

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Los rituales nos sirven para honrar, expresar el dolor, acompañarnos, integrar la realidad… Ahora es necesario reinventarnos

Sin duda, el coronavirus lo está cambiando todo, incluso los rituales para acompañar a los enfermos y despedirnos de quien muere. Esto ha llegado sin previo aviso, sin tiempo para pensar… sin preparación.

Desde Goizargi sabemos que todas y todos, sin excepción, nos enfrentamos a la realidad de que alguien querido muera, o incluso nosotros mismos muramos, y esto genera desasosiego, impotencia… sensaciones normales ante una situación llena de interrogantes.

Y aun así, seguimos contando con alternativas, con fórmulas que aunque no son lo que esperábamos, emergen de la creatividad de nuestro sentir y pueden ayudarnos a hacer una despedida.

Los rituales nos sirven para honrar, expresar el dolor, acompañarnos, dar simbolismo a lo ocurrido, ayudarnos a integrar la realidad… La despedida al lado de la persona enferma, el velatorio, el funeral… En muchos casos ahora no es viable. Por eso es necesario reinventarnos:

🦋 Ante la posible muerte toma conciencia, tienes capacidad para sujetarlo, busca apoyos e inicia la forma que tú quieras para despedirte.

🦋 Busquemos un enlace, alguien que pueda acudir, algún profesional que se encuentre cerca del enfermo, para transmitirle lo que queremos hacerle llegar.

🦋 Atiende a tu forma, a tus necesidades, vas a experimentar una montaña emocional, y solo tú sabes cómo te sientes y qué necesitas para transmitirlo a tu entorno. Solo tú sabes que es lo que más te ayuda, si te sirve escribir, dibujar, ver fotos…

🦋 Recuerda que el duelo es familiar y como tal es importante que atiendas las necesidades de los demás. Planifica conjuntamente como hacer la despedida hoy y cómo la haremos cuando el aislamiento acabe.

🦋 Cuidaros entre todos. Recuerda que necesitamos acompañamiento, aunque nuestra tendencia sea a aislarnos, y hay que respetarlo. Si queremos acompañar bien, está bien insistir, ofrecer ayudas concretas… No uses frases hechas ni niegues la emoción (sé fuerte, no llores, es ley de vida…). Muchas veces con escuchar y estar es suficiente.

🦋 Recuerda que el dolor se manifiesta en todos los ámbitos: emocional (rabia, dudas, importancia, culpa…), cognitivo (pensamiento acelerado, bloqueo, confusión…), físico (puede dolernos el cuerpo, la cabeza; nuestro sueño, nuestra forma de comer puede verse afectado…), social (con tendencia al aislamiento o a la necesidad de contacto…) y espiritual.

🦋 El duelo, el dolor, se vive desde la conexión con el mismo, y con todo el torbellino emocional que supone, y la desconexión a ratitos. No te olvides de entrar y tampoco de salir, de distraerte, de darte treguas… y descansar.

🦋 No nos olvidemos de los niños o adolescentes, ellos también forman parte del proceso, y merecen ser informados, recibir respuestas hasta donde podamos darles.

🦋 Cuenta con profesionales si lo necesitas, ¡estamos disponibles para cuidarte y acompañarte!

Goizargi pone en marcha de manera gratuita el “Programa de acompañamiento preventivo de atención en duelo”

En estos difíciles momentos de dolor y pérdida provocados por la pandemia del COVID-19, desde la Asociación Goizargi de ayuda al duelo continuamos teletrabajando para amortiguar todo lo posible las situaciones de duelo que se están viviendo en estas semanas de confinamiento.

Desde el pasado 12 de marzo hemos intentado ajustarnos a esta nueva situación y lo seguimos haciendo cada día para que nuestra ayuda y apoyo a las personas que están viviendo la pérdida de un ser querido sea la adecuada. El equipo terapéutico sigue acompañando a nuestras personas usuarias a través de llamadas telefónicas y videollamadas, y, además, estamos realizando un gran esfuerzo para crear contenidos especiales (charlas, vídeos, textos…) y difundirlos a través de las redes sociales (Facebook, Twitter y YouTube) y la página web para llegar al máximo número de personas que están sufriendo esta cruel situación.

En este afán de aportar socialmente nuestra experiencia profesional e institucional, la Junta Directiva de Goizargi, reunida con fecha 11 de abril, ha decidido adoptar dos acciones extraordinarias para ayudar en esta situación.

La primera medida va destinada a personas usuarias  que ya estaban siendo atendidas en Goizargi con anterioridad al estado de alarma. Con el objetivo de aliviar las dificultades económicas que muchas de ellas están sufriendo, se ha decidido que, desde el 14 de abril hasta el 15 de mayo, puedan disponer de nuestros servicios sin coste alguno si así lo necesitan. Queremos aportar nuestra ayuda sin que, en estos momentos, la tarifa habitual sea un inconveniente, y que sea cada persona usuaria quien valore su situación y la cantidad que pueda o no  afrontar.

La segunda medida va dirigida a aquellas personas que están sufriendo la pérdida de un ser querido desde el estado de alarma y demanden nuestros servicios. La Junta ha dispuesto ofrecer de forma gratuita ayuda y acompañamiento a familiares de personas que fallezcan entre el 15 de marzo, día que se decretó el estado de alarma, hasta el 15 de mayo. Nuestros modestos recursos económicos nos obligan a limitar la fecha de fallecimiento a este periodo, aunque estamos realizando gestiones que permitan incrementar nuestros fondos y alargarlo.

Por ello, ponemos a disposición un “Programa de acompañamiento preventivo de atención en duelo”, por vía telemática, con el objetivo de facilitar el proceso de dolor y prevenir posibles consecuencias derivadas de los factores de riesgo en que se está produciendo la muerte, un confinamiento que nos limita o impide acompañar a nuestro ser querido en sus últimos momentos, y despedirle familiar y socialmente. Las personas interesadas pueden solicitarlo llamando al teléfono 660 03 41 01, en horario de 9.00 a 12.00 h, de lunes a viernes, o enviando un correo a junta@goizargi.org e indicando su nombre y apellidos, teléfono de contacto, edad, motivo de la consulta y fecha del fallecimiento del familiar. Nos pondremos en contacto lo antes posible.

Como entidad beneficiaria del régimen de Mecenazgo Social, queremos invitar a todas las personas a colaborar con Goizargi, en la medida que sus recursos lo permitan, mediante un donativo para que podamos ampliar este programa de acompañamiento preventivo así como seguir trabajando en otros servicios y actividades disponibles.

Cuento Un día todo cambió

Herramientas y recursos para tratar el duelo y la muerte

Tal y como os prometimos en uno de los encuentros organizados en Facebook Live, os dejamos un listado con algunos de los recursos que nos van llegando y que utilizamos en el día a día de la asociación.

Gracias a decenas de personas y profesionales que aportan su granito de arena, podemos decir que cada vez son más las herramientas y los recursos que están a nuestra disposición para tratar estos temas.

¡Si tenéis alguna duda sobre cómo utilizarlos, no dudéis en poneros en contacto con nosotras!

 

Recursos relacionados con el coronavirus y el estado de confinamiento:

  • Mi casa es un castillo, libro de Itziar Fernández Cortés y Lorena Zamora Blanco.
  • La historia de la ostra y la mariposa: el coronavirus y yo, libro de Ana M. Gómez 2020.
  • Los días en que todo se detuvo (guía didáctica): https://www.who.int/es.
  • Consejos psicológicos para largos periodos dentro de casa, por Elena San Martín.

 

Recursos para explicar la muerte a los más pequeños:

  • Un día todo cambió, de Rakel Mateo (psicopedagoga de la asociación).
  • El Árbol de los Recuerdos, de Britta Teckentrup.
  • ¿Dónde está el abuelo?, de Mar Cortina y Amparo Peguero.
  • Yo siempre te querré, de Hans Wilhem.
  • Para Siempre, de Camino García.
  • Vacío, de Ana Llenas.
  • Gracias, Tejón de Susan Varley.
  • Mi Abuelo es una estrella, de Sacha Azcona.
  • Soy la muerte, de Elisabetj Helland y Marine Schneider.
  • No es fácil Pequeña Ardilla, de Elisa Ramón y Rosa Osuna.
  • Mejillas Rojas, de Heins Janisch.
  • Carta «Si eres un niño/a y has perdido a tu abuelo o a tu abuela en estos días«,  de Mar Cortina.

Tríptico de voluntariado

El voluntariado es una pieza clave y fundamental en el desarrollo de la asociación. Creemos y trabajamos para lograr una atención integral de las personas a las que acompañamos y por ello nuestras voluntarias y voluntarios son parte del engranaje para que todas las piezas puedan tener sintonía en su funcionamiento.

 

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El dolor, como cada vínculo, es único. Recomendaciones para este nuevo orden impuesto por el coronavirus

Miles de familias están viviendo situaciones traumáticas y experiencias de dolor que nunca imaginaron. El coronavirus ha impuesto un nuevo orden en la manera de vivir y de relacionarnos.

De golpe todo ha cambiado. La enfermedad separa con sus síntomas a unos seres queridos de otros.

Todos confinados en casa, muchos aislados en su propio entorno, esperando que los síntomas mejoren. Otros ingresados en hospitales y residencias esperando poder superar la enfermedad para volver con los suyos y, más de los que nos gustaría, muriendo indefensos lejos de sus seres queridos y de la seguridad de sus hogares.

Tiempos de espera que parecen no terminar nunca, incertidumbre sobre lo que nos puede pasar, miedo a la pérdida, angustia, ansiedad, dolor por no poder hacer nada…

No hay palabras para describir esta experiencia. El dolor, como cada vínculo, es único.

No podemos ponernos en el lugar de los demás, solo vamos a intentar ayudarles con algunas recomendaciones que, vistas en la situación actual, parecen poca cosa.

 

1.- Acepta la realidad.

Sería la primera tarea a enfrentar. No es fácil, ni sencillo. Sabemos que nuestro ser querido está enfermo y que puede morir, pero sentir y aceptar esta realidad duele mucho… La enfermedad a veces no da tiempo para que nos preparemos, pero ir aceptando que somos mortales y que no podemos cambiar nuestra naturaleza puede ayudarnos a afrontar lo que sea que suceda.

 

2.- Date permiso para sentir.

Tus emociones son importantes, las necesitas, tienen la función de conectarte contigo y con los demás. No las temas, no las evites, déjalas estar, siente lo que sea que llegue, identifícalas: miedo, tristeza, enfado, incertidumbre…

No te enganches a ellas, déjalas fluir, es normal lo que te pasa.

Obsérvalas, conócelas y recuerda que son producto del afecto y del amor.

 

3.- Vive el presente.

Vive el aquí y ahora, procura no anticipar el futuro. Ocúpate de lo que tienes contigo. Cuida los vínculos de apego que has ido tejiendo a la largo de tu vida. Únete a tu ser querido aunque esté distante y no puedas acceder a él, con un lazo de cariño y afecto. Déjate sentirte junto a él/ella, con él/ella. Confía en la fuerza del amor, escríbele, grábale un audio… Está contigo aunque ahora no puedas verlo, ni tocarlo.

 

4.  Eres una persona con capacidad.

Quizás sientas que esta situación te desborda, que es demasiado.

La experiencia de dolor, la incertidumbre, la amenaza de pérdida o la pérdida de una persona importante de nuestra vida siempre nos hace sentir muy vulnerables.

Pero los humanos somos seres capaces, estamos diseñados para afrontar las experiencias de la vida, por muy duras que sean. Cree en ti, en tu capacidad, en tus recursos. Tu capacidad permanece contigo y es un factor que te va a proteger.

 

5.- Cuídate.

No te olvides de que tú también necesitas cuidado. Esfuérzate en darte los cuidados básicos necesarios para mantener tu energía. Respétate queriéndote y ocupándote de tus necesidades. Busca momentos para ti, haz alguna cosa que te ayude a sentirte mejor, escucha tu música favorita, contacta con tu familia o con tus amigos, elige una o varias fotos que te gusten y haz un pequeño álbum con alguna reflexión que alivie tu mundo emocional… Busca un mundo propio que te dé un poco de calma y tranquilidad en el ruido que te rodea.

 

6.- Pide ayuda si la necesitas.

No estás solo/a. Si sientes que no puedes, pide ayuda. La fortaleza se demuestra pidiendo ayuda cuando se necesita. Acude a profesionales para que te orienten y te acompañen en este momento difícil. Una mano temporal en la que apoyarse puede ser de gran ayuda. Busca tu propio círculo de seguridad.

 

Estamos para lo que necesites,

ofrecemos nuestras manos para unirse a las vuestras.

Sobre la vulnerabilidad…

Las personas que están en un proceso de duelo por haber perdido una persona querida o un vínculo significativo suelen sentir una gran diversidad de emociones y de sentimientos. Muchas de ellas dicen sentirse vulnerables, y esto no siempre les gusta porque muchas veces es entendido como debilidad.

En duelo, muchas personas sienten una fragilidad interior que hace referencia, por una parte, a la ausencia de la persona fallecida y, por otra, a la conciencia que emerge sobre la propia condición mortal.

¿Qué puede pasar cuando a la vulnerabilidad personal e íntima, normal y natural en un proceso de duelo le añadimos la vulnerabilidad “social y colectiva” que emerge de una amenaza real pero desconocida como es el coronavirus?

Nos surgen muchas preguntas ante esta situación vital de amenaza general que está generando reacciones colectivas diversas y que puede azuzar nuestras penas y nuestros miedos.

Es una realidad que en la experiencia de duelo se suelen ver afectadas muchas de las áreas de la vida de las personas dolientes; puede haber cambios más o menos intensos a nivel emocional, cognitivo, conductual, físico, etc. En muchas ocasiones aparece la sensación de que todo se ha puesto patas arriba, de que todo ha cambiado a peor y que no se va a poder seguir viviendo. Pero los dolientes, aun a su pesar, ven como la vida no se puede parar, sigue estando ahí, demanda atención y espera respuestas a las cosillas que surgen en el día a día.

La vulnerabilidad es más compleja que una simple suma matemática, y no cabe duda que esta nueva situación a la que nos enfrentamos puede hacernos sentir la vulnerabilidad con mayor intensidad. De nuevo podemos sentir que ya es demasiado y que, ahora sí, no vamos a poder con todo esto. Pero, como ya sabéis, no podemos cambiar la realidad y la vida sigue estando ahí. Quizás nos gusta todavía menos, pero no podemos no mirarla porque se cuela con cada llamada de consuelo y de ánimo que recibimos, con cada gesto que hacemos a las personas que todavía tenemos cerca y con cada aplauso que ofrecemos. Nuestra vida reclama su espacio y con virus o sin él esperemos que permanezca con nosotros; y para ello necesita que la cuidemos con responsabilidad y afecto.

Ahora no solo las personas en duelo se sienten vulnerables, toda la sociedad se siente vulnerable, todos estamos en duelo y sentimos nuestra vida y la vida de las personas que queremos amenazada. Todos somos susceptibles de cuidado.

Tenemos una nueva oportunidad para mirarnos y sentirnos con capacidad de superar los retos que la vida va poniéndonos por delante, aunque nunca hubiéramos podido imaginar la realidad actual. Con solidaridad, cuidado y respeto hacia nuestra vida y a la vida de los demás también vamos a ser capaces de superar y afrontar esta realidad, por dura que sea.