2020 se marcha, termina, se acaba, pasa

Año 2020, mayoría de edad, 18 años de vida, caos, miedo, cambios, consciencia, fuerza, capacidad, equipo, despedidas, bienvenidas, vida, muerte…

Son tantas las palabras que podrían definir este año que estas se nos quedan cortas. 2020 empezó entre risas y bailes en una de nuestras cenas de Navidad, compartiéndonos ilusiones las unas a los otros sobre cómo fantaseábamos un año que sin duda tenía toda la pinta de que cambiaría nuestras vidas. Lo que no teníamos ni idea era del giro tan inesperado que nos tocaba afrontar.

Hablábamos de celebrar, de la mayoría de edad de nuestra asociación, hablábamos del recorrido de vida y de todos los cambios que hasta ese momento habíamos afrontado… ¡y nos parecían muchos! No sabíamos lo que estaba por llegar…

2020 nos ha cambiado la vida, todos y todas hemos vivido un gran duelo social. 2020 ha sido probablemente el año del duelo, de la muerte y del dolor. Y ahí hemos estado, siendo soporte.

Cuantos miedos compartidos, cuanta consciencia y cuanta capacidad. Esto también nos lo ha enseñado este “curioso” año. Los cimientos y las bases sirven para sostener y sin duda las tenemos.

Hemos sostenido, te hemos sostenido y nos hemos sostenido entre nosotras porque a días, a ratos, nos temblaba el suelo, el alma, el corazón…

Último día del año, momento para nosotras como equipo también de reflexión y, por qué no, de dar gracias.

Gracias a ti que nos lees.
Gracias a ti, que nos has dejado acompañarte y ser parte de tu vida este año, que nos has dejado “entrar” en tu casa a través de un ordenador, de un móvil. Gracias a ti, que has confiado en nosotras, que nos has abierto tu corazón y nos has enseñado una vez más que el dolor duele, que el dolor sana, y que cuando es compartido se lleva mejor.

Gracias a cada persona que ha ayudado a sostener esta entidad en un año tan duro. GRACIAS junta (Fernando, Eliana, José Joaquín, Amaya, Joaquín, Nati, Sara). GRACIAS voluntarios (Dani, Silbia, Leire, MariJose, Alberto, Arantza, Mari Mar y tantos otros). Y GRACIAS a cada persona que en este 2020 ha aportado su pequeño o gran granito de arena a este proyecto que cada día tiene más luz para poder acompañar en la oscuridad.

2020 se marcha, termina, se acaba, pasa.

Gracias vida por darnos el permiso de vivirlo y gracias muerte por enseñarnos tanto cada día.

Vivamos la vida despiertos. Sin despistarnos.

Sintiendo, permitiendo, recordando.

 

Equipo de Goizargi

¿Qué nos sucede y nos afecta a las personas que estamos viviendo un duelo en Navidad?

Como cada año, nos gustaría dedicar este escrito a reflexionar sobre diferentes cosas que nos suceden y nos afectan a las personas que hemos vivido o estamos viviendo un proceso de duelo en estas fechas tan “especiales” como son las Navidades.

Y lo hacemos con el afán de dar un lugar al dolor, de normalizar aquello que sentimos y de encontrar paz y serenidad entre todo ello. Porque todo lo que vivimos durante el duelo también ocurre en Navidad, con más intensidad si cabe, y creemos que merece ser compartido y tenido en cuenta. Así que, allá vamos.

Nos vienen a la cabeza y al corazón frases de personas con las que hemos compartido en Goizargi y que hemos ido recopilando a lo largo de estos días; pero también podemos recordarlas de personas de años atrás.

Da igual cuanto tiempo pase, las personas que hemos vivido un duelo hablamos el mismo idioma, y hay fechas marcadas en el calendario que hacen que se reaviven más los sentimientos, como estas. Y tenemos sentires muy similares, al menos en los inicios de este duro proceso:

“Ojalá pudiese dormirme hoy y despertarme el 7 de enero”. “No quiero celebrar nada, pero tengo que hacerlo por mi familia, asi que me pondré el ‘disfraz de persona normal’ y ahí estaré”. “Me desgarra ver a toda la familia menos a él o a ella”. “Que a gusto me quedaría en casa sola o me iría a un lugar lejos de aquí”. “La Nochevieja es el momento que más me preocupa, era el más importante para nosotros y no sé si me voy a poder contener…”. “No quiero llorar delante de la familia”. “No tengo nada que celebrar, nada tiene sentido para mí”.

Celebraciones, regalos, música, luces de colores, serpentinas, encuentros… nada que ver con la realidad que vivimos en nuestros corazones como dolientes.

Recuerdos, dolor, tristeza, nostalgia, enfado, miedo, preocupación, ansiedad, desgana, soledad. Qué duro, pero esto es lo que hay. Y no se va porque sea Navidad.

Pero… ¿hay algo que podamos hacer con todo esto? Sí y no.

No podemos traerles de vuelta. No podemos cambiar lo que ha pasado.

No podemos vivir eternamente en los “ojalás”, porque las fantasías no existen.

No podemos huir de nuestra realidad de duelo, porque nos sigue allá donde vamos.

No podemos volver atrás y tampoco acelerar el tiempo hasta el siete de enero.

No podemos quitarnos el dolor.

No podemos disimular nuestra tristeza, aunque nos empeñemos.

Sí podemos entender nuestro dolor. Y el de las personas que nos rodean.

Sí podemos vivir dos emociones contradictorias, aunque duela, y no tenemos porque elegir.

Sí podemos entender que nuestro dolor nos pertenece y, por lo tanto, no es juzgable ni “quitable”.

Sí podemos vivir aquello que sentimos y darnos permiso para expresarlo.

Sí podemos ayudar y facilitar para que esto suceda.

Sí podemos decidir no celebrar nada.

Sí podemos decidir cómo, cuándo, dónde y cuánto queremos estar.

Sí podemos reconstruirnos en soledad. Y acompañados.

Sí podemos recordar, aunque no quedarnos a vivir de los recuerdos.

Sí podemos valorar y honrar lo que tuvimos y lo que tenemos.

Sí podemos necesitar tiempo a solas. Tienes derecho.

Sí puedes brindar, porque eso no excluye que sientas dolor, que estés en duelo.

… Y un montón de cosas más. Pero a veces una o uno mismo tiene que vivir ciertas cosas para poder aprender. Para poder creer que sí, que se puede; que duele, pero que las heridas se curan.

Desde Goizargi os mandamos un abrazo enorme de todo corazón. Os tendremos presentes tanto como cada día.

Brindaremos por los que somos, por los que estamos y por los que nos cuidan desde allí arriba, siempre presentes.

Os mandamos un abrazo enorme de corazón.

Equipo de Goizargi.