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DAR LUZ AL DOLOR

DAR LUZ AL DOLOR, una exposición al respecto de la muerte, el duelo y el dolor

El próximo día 26 de noviembre, tras varios meses de trabajo en compañía de Maslow Industries, inauguraremos DAR LUZ AL DOLOR, una exposición al respecto de la muerte, el duelo y el dolor. Exposición en la que no solo vamos a contar con diversos artistas reconocidos como Pedro Salaberri, Elena Goñi, Carlos Cánovas, Mariano Royo o Ángela Blanco, si no en la que hemos tenido la oportunidad de crear una obra colectiva gracias a la aportación de personas en duelo que han querido mostrar parte de sus recuerdos. Ha sido gratificante, ver, sentir y darnos cuenta de la importancia que tiene poder dar un espacio al dolor.

Nuestra sociedad esquiva la muerte, la oculta, la convierte en ruido cada vez más sordo. ¿Seríamos capaces de hacer lo mismo con la vida? ¿Con el gozo, con la alegría? La negación de la muerte y el dolor es tan absurda como real. Seguimos mirándola de lado, hablamos un poco más de ella, la hemos sentido un poco más cerca, pero sigue siendo de una manera escéptica, fría, lejana. La muerte forma parte de la vida y el dolor que ella nos causa es algo tan vital, tan real, como el amor o la alegría.

En Goizargi llevamos 19 años acompañando el duelo y el dolor, procurando y promoviendo espacios que nos puedan llevar a la reflexión sobre nuestro modo y manera de atender y mirar el dolor. Y todo esto tiene un fin claro, todos y todas incidimos de un modo u otro en el duelo y dolor de los demás. La mirada y creencia que cada uno y una de nosotras podamos tener tiene una gran implicación en los procesos de duelo propios y de los demás.

Por eso, a través de esta nueva iniciativa queremos seguir acercándonos a la población, queremos ayudar a que la pérdida, la muerte y el dolor y las emociones asociadas a las mismas, puedan verse y mostrarse a pie de calle.

Esta obra pretende poner la muerte y el dolor en el espacio público, en nuestro día a día. Normalizar y aceptar su presencia. Incluirla, mostrarla, darnos el permiso de caminarla y sentirla a través de expresiones artísticas de los demás.

¿Qué pasaría si entre todas y todos damos espacio al dolor? Tal vez el tránsito del mismo se viviría diferente.

Cuatro años dando espacio y lugar al dolor

Se acerca el día de Todos los Santos, 1 de noviembre, y con él muchas emociones que se mueven en las tripas de aquellas personas que han vivido o están viviendo un duelo tras la muerte de un ser querido… Son días «raros» en los cuales la nostalgia, la tristeza y el recuerdo se mezclan entre un colorido mar de flores.

Entre todo ese remolino, nos gustaría dar un espacio significativo a todos aquellos recuerdos de nuestros seres queridos que murieron y que hoy siguen ocupando un lugar especial en nuestros corazones.

Por eso, un año más, hemos organizado la IV Semana del Recuerdo con el objetivo de acercar a la sociedad la realidad del dolor por la muerte de un ser querido y la necesidad de darle ese espacio, tanto al dolor como a nuestros recuerdos. Como siempre decimos, «los muertos ESTÁN, tienen su lugar en nuestras vidas, nuestros corazones y nuestros recuerdos». Normalizando y naturalizando en la sociedad el dolor ante la muerte y el sentir a nuestros muertos con nosotros y nosotras.

Este año hemos organizado diferentes actividades, gestionadas por el equipo de la asociación, dirigidas tanto a niñas y niños como a personas adultas que estén viviendo un proceso de duelo, que lo estén acompañando o que tengan interés en acercarse a esta realidad. Talleres infantiles del cuento Un día todo cambió, encuentros para hablar de la muerte y el duelo, una charla, un cine-fórum o la Jornada sobre el Duelo, una cita que este año cumple su octava edición, son algunas de las acciones programadas para este año y que en unos días os daremos a conocer.

Nuestros recuerdos son el vínculo que nos une a nuestros muertos, ya que la relación con ellos no termina con la muerte. Por ello es tan importante darle un lugar en cada uno de nosotros y nosotras y también en la sociedad. En el proceso de duelo, estos recuerdos nos acompañan y nos ayudan para ir sanando la herida y creando un lugar especial en nuestros corazones para aquellas personas que ya no están. Nos ayudan a integrar todo lo vivido dentro de nosotros y nosotras y nos alimentan en la nueva realidad que vivimos tras la pérdida. Son nuestra memoria y la memoria de nuestros muertos.

Demos luz a nuestros recuerdos y con ellos a nuestros seres queridos que murieron, dándoles un lugar en nuestros corazones y nuestras vidas, permaneciendo con nosotros para siempre.

Dando luz al dolor

El proceso de duelo es el proceso de dolor que se inicia tras la experiencia de pérdida. Perder a alguien que tiene un valor significativo en nuestra vida, aun siendo una experiencia normal y natural, genera diferentes grados de dolor.

Para enfrentar situaciones de dolor los seres humanos tenemos algunos mecanismos, generalmente inconscientes, que permiten regular emociones, sentimientos y pensamientos que se generan en situaciones de alto impacto emocional.

La negación es un mecanismo que produce una sensación de irrealidad y de incredulidad ante lo acontecido. Se expresa con manifestaciones tipo “no puede ser”, “no me lo puedo creer”, “no es posible”. Es una especie de anestesia emocional que permite suavizar el dolor y dar un poco de tiempo para procesar su significado.

El momento de negación o fase de negación tiene que ver con silenciar, no hablar, adoptar un rol de fortaleza y obviar la realidad de lo que está pasando.

En la situación actual de alarma por coronavirus se están produciendo muchas muertes y experiencias de dolor que se presentan en forma de cifras y números asépticos sin ningún contenido de emoción. Paradójicamente, la muerte está más que nunca en el centro de nuestras vidas y la contamos por miles, pero no tiene todavía espacio a excepción de pequeños gestos individuales.

Cada día, a las ocho de la tarde, nos reunimos para agradecer la labor de los profesionales que cuidan de nuestra salud. A este acto se han ido añadiendo otros lúdicos y festivos, en algunos casos ruidosos, que nos conectan con la vida y con emociones de alegría, disfrute y celebración que, sin duda, son positivos y nacen de la necesidad del ser humano de mirar al futuro en medio de la desesperanza y de sentirnos vivos.

Sorprende que al amparo de esta manifestación no surjan actos colectivos de recuerdo y acompañamiento al dolor y una mirada social hacia las muertes que se están produciendo. En Goizargi nos preguntamos si tiene que ver con el miedo al dolor.

Y también en nuestra mirada a las personas que están viviendo un duelo en primera persona nos preguntamos qué y cómo se sienten, qué esperan, si les estamos acompañando como necesitan, si se sienten incluidos, nos sienten cerca, es suficiente lo que compartimos…

No es nuevo que nuestra sociedad vive de espaldas a la muerte, la muerte es un  tabú y morir un error del sistema que da miedo. Negamos la certeza de la muerte como si eso nos protegiera de ella. Y ahora, aún cuando es masiva y cercana, seguimos negándola, hemos adoptado la inmensa mayoría una actitud de negación colectiva como manera o modo de evitar la realidad. Estamos distrayendo el dolor con festejos de vida y olvidamos que la muerte no deja de estar. Le negamos su lugar.

No sabemos cuanto tiempo más estaremos en negación, queremos confiar en la capacidad y recursos que los seres humanos tenemos para afrontar las dificultades de la vida.

Puede ayudarnos conocer que permanecer excesivo tiempo en negación nos puede impedir hacer un relato sano y realista de la experiencia vivida, y puede dificultar su elaboración e integración. Es decir, puede tener consecuencias en la salud emocional y psicológica.

En resumen, la incapacidad para mirar a la muerte, para darle espacio y para aceptar el dolor que lleva asociado nos hace más vulnerables. La evitación y no aceptación del dolor, el aplazamiento de su expresión, el temor a la muerte no facilita las tareas del duelo y puede complicar la evolución individual y colectiva de esta situación, que sin duda va a dejar huella.

Ojalá la huella colectiva que dejemos pueda ser pintada con el color de todas las emociones sentidas y vividas, sin que evitemos ninguna. Todas son nuestras y, por lo tanto, merecedoras de ser expresadas y tratadas con afecto dándoles el espacio que merecen.

PORQUE MI DOLOR ES IMPORTANTE

Porque mi dolor es importante.

Demasiadas cosas son las que han cambiado en nuestra vida en este último mes. También en la forma de vivir y acompañar la muerte y el duelo.

Queremos seguir visibilizando y dando lugar a esos cambios, a las pérdidas, a la ausencia y al dolor que las acompañan.

“Porque creo que mirar la herida es cuidarla.
Porque quiero seguir poniendo nombre, forma y color a lo que a veces resulta difícil de describir.
Por el dolor que sana.
Por las personas que ya no están.
Por nosotros, que nos toca caminar.
Porque hablar y recordar cura, aunque duela.
Porque nada de lo humano nos es ajeno”.

Para no olvidarnos de todo esto y darle el lugar que merece, desde Goizargi hemos decidido cambiar nuestra foto de perfil e impulsar un movimiento de sensibilización y visibilización del dolor por la muerte, la pérdida y la ausencia.

#Dandoluzaldolor