Reflexiones de vida durante el proceso de duelo
Un usuario muy especial ha decidido cedernos las cartas escritas a su mujer, sus reflexiones de vida durante el proceso de su duelo, con la intención de que compartirlas sirva para acompañar a otras personas en su dolor.
Desde la asociación, ¡Gracias de corazón!
Esta es una de sus cartas:
“Gracias amor por compartir tu existencia, tu vida, junto a mí… esa vida que parece larga pero que a mí se me ha hecho muy corta.
Gracias por compartir esas pequeñas cosas del día a día, las alegrías y las tristezas, las risas y los lloros, las ilusiones y desilusiones, los silencios y las palabras, el día y la noche, tu esfuerzo y ayuda… Tu mal y buen genio, tus proyectos y secretos, tu saber hacer y estar, tus virtudes y defectos… nuestras hijas y nuestros nietos… En fin, gracias por tantas y tantas cosas.
Dicen que es de buen nacido ser agradecido y que se suele reflejar en un regalo, un beso, una palabra… En este caso el regalo para ti es una rosa, una rosa roja que para mí representa el amor eterno que te tengo, y la palabra te quiero, ¡ya sabes cómo y cuánto!
Te oigo en mi corazón. Oigo como tú también me das gracias… No hay de qué, te mereces esto y mucho más.
Te agradezco de parte de todas las personas que te conocían, tus amigas, vecinos… por tu amabilidad y simpatía. Un vecino, que ya sabes quién es, me suele comentar que un día se encontró contigo en el portal y te deseó los buenos días, y tú le contestaste: ¡Serás mentiroso! Si hace un día de perros. Me dice que la forma en que lo dijiste, esa gracia… te hacían única, y que gracias a esas cosas sonríe cada vez que te recuerda.
Gracias también de parte de las enfermeras del hospital por hacerles más llevadero su trabajo. Aún me acuerdo cuando tras la última sesión de radio te despidieron cantando ‘Adiós con el corazón, que con el alma no puedo…’.
¿Cómo no voy a darte las gracias por tantas y tantas cosas? Parece que te pongo en un pedestal… Y claro que todos tenemos defectos, pero en tu caso las virtudes, las cosas buenas, los superan con creces.
Tu ayuda, tu empuje, que me elegiste, tu cariño… en fin, toda tu vida sin separarte a mí. Solo decirte una cosa: te quise, te quiero y te querré.
Muchas gracias, Amor”
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