El día en que el Silencio se escucha, no es incómodo y se permite
Nos encanta el otoño. Hace que el tiempo se ralentice invitándonos a ir más lento, a pisar con cuidado, a mirarnos hacia adentro.
También nos parece una época propicia para reflexionar sobre la muerte, el duelo, sentirnos, compartirnos… Hoy es el día.
El día de hoy recibe muchos nombres, “Día de Todos los Santos”, “Día de los Muertos”… para nosotras es el “Día”.
El día en que parece que nuestras defensas, nuestros sustos, miedos y temblores desaparecen para hablar de la Muerte, del dolor.
El día en que podemos recordar juntos.
El día en que las lágrimas pueden ser.
El día en que la tristeza es “parte de” y no se le mira como a una extraña.
El día en que el Silencio se escucha, no es incómodo y se permite.
El día en que ponemos nombre, lugar, fecha y cara a las personas y lugares que nos han dolido, que nos duelen y que también nos han hechos felices durante nuestra Vida.
El día en que mostramos nuestros Duelos de una forma natural y bella. Como si fuera parte de la Vida. Y cómo nos gustaría poder quitar ese “como”.
Porque las personas que hemos vivido la muerte de un ser querido necesitamos dolernos y expresar las emociones cada día del año. Necesitamos del dolor para sanar. Aunque sabemos que resulta difícil de entender.
Porque las personas que hemos vivido la muerte de un ser querido necesitamos hablar, compartir y recordar.
La necesidad de recordar y honrar a nuestros muertos es tan antigua como el ser humano. Viene escrita en nuestros genes y en todas las culturas del mundo.
Honrar, que palabra tan bonita. Vida Vivida. Vida compartida. Orgullo. Amor. Estima. Respeto. Consideración. Admiración. Recordar. Volver a pasar por el corazón. Para Siempre. Juntos. Infinitos.
Suena en nuestras cabezas, y además lo hace en modo bucle, el estribillo de aquella preciosa ranchera que decía: “Amor verdadero nos une por siempre en el latido de mi corazón”. Sí, es de la película “Coco”. Nos encanta. Tenéis que verla.
Hoy es el día para que si tú quieres, puedas compartir tu memoria. Vuestra historia. Tu historia.
Si no quieres o no puedes hacerlo, también está sano. Permítetelo.
¿Te apetece compartir algo con nosotras?
Por nuestra parte, será un privilegio leeros.
¡Un abrazo!
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