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Compartiendo espacios

Este 2021 la pandemia sigue trastocándonos un poco la vida, sobre todo la forma de vivirla. Todavía no hemos recuperado los abrazos, cosa que en Goizargi tanto nos gusta, además de ser reconfortantes y curativos. Sabemos que el contacto humano no se puede sustituir, pero las distancias de seguridad debemos seguir cumpliéndolas.

En Goizargi seguimos acompañando a las personas que se duelen por la muerte de un ser querido y poco a poco hemos ido retomando las actividades que realizábamos previas a la pandemia.

Entre ellas, los grupos terapéuticos, esos espacios tan especiales y necesarios para ir recorriendo ese camino duro y complicado, espacios donde se nos da permiso para sentir y expresar cualquier emoción, donde podemos ir reconstruyéndonos y doliéndonos con el objetivo de sanarnos, donde nos sentimos acompañados y comprendidos en nuestros estados de ánimo y de dolor.

Hemos podido volver a juntarnos para realizar la VIII Jornada sobre el Duelo de manera presencial (en el año 2020 fue de manera telemática, mucho más fría y distante). Este año en la Filmoteca reunimos a más de un centenar de personas para poder escuchar a expertos ponentes que nos ofrecieron una visión sobre la espiritualidad desde diferentes perspectivas.

Se ha retomado también de forma presencial el Taller de Pequeños Pasos, un espacio destinado a peques entre 4 y 10 años que han sufrido la pérdida de una persona importante de su vida. En este espacio trabajamos sus emociones a través de sus dibujos, cuentos y diversas herramientas.

El pasado noviembre, hemos inaugurado una exposición en el Condestable bajo el título DAR LUZ AL DOLOR, es una muestra sobre duelo, muerte, arte y vida, una colaboración entre Asociación Goizargi y Maslow Industries, una obra colectiva en la que se recogen imágenes y audios cedidos por 83 personas que han perdido a un ser querido, muchas de ellas habéis sido usuarios y usuarias de Goizargi, y que representan un recuerdo significativo. También podemos disfrutar de obras de diversos artistas cuya temática es el duelo y la muerte.

En todas estas actividades la mascarilla sigue siendo nuestra aliada, hemos aprendido que la mirada no solo habla, sino que también nos da gestos cómplices, amor, cariño, apoyo; en definitiva, nos sana y acompaña. Qué importancia tiene en estos momentos en los que no podemos tocarnos.

¡Gracias por vuestra mirada!

Volviendo a la «normalidad»

Aún con los últimos retazos de las vacaciones en nuestra cabeza y disfrutando de los últimos días de verano, vamos avanzando en septiembre y, con ello, en la vuelta a nuestras rutinas y obligaciones que nos tienen ocupadas todo el curso.

Durante los meses de julio y agosto una gran parte de vosotras y vosotros no requiere tanto nuestro acompañamiento. Os vais de vacaciones, a pasar el verano al pueblo, queréis pasar más tiempo de la familia y olvidaros de horarios… Así que nosotras también aprovechamos a descansar, recargar pilas e ir preparando el nuevo curso.

Por eso, para nosotras, para la entidad, septiembre significa retornar a la «normalidad». Este mes se retoman o inician los grupos de duelo. Siete grupos tenemos activos, siete espacios de apoyo emocional, de escucha, compresión y acompañamiento y de sostén en los que compartir uno de los sufrimientos más viscerales: el dolor por la muerte de un ser querido. Una de nuestras mayores satisfacciones que nos dais es escucharos decir, una vez que el grupo finaliza, el aprendizaje, la seguridad, el bienestar y el apoyo que os proporciona y el gran vínculo que se crea entre todas las personas que lo compartís.

Este mes también comienza el taller lúdico-terapéutico de Pequeños Pasos, el grupo de duelo para niñas y niños de entre 4 y 10 años. A través de juegos, manualidades, lecturas… les ayudamos a expresar y gestionar sus emociones y a canalizarlas en un entorno seguro y rodeados de iguales. Este taller se complementa con sesiones psicoeducativas con las mamás, papás o personas de referencia con el objetivo de que adquieran herramientas y recursos para acompañar a las y los peques.

Las formaciones y charlas es otra de las actividades que vuelven con el inicio de curso. En colegios, Centros de Salud, ayuntamientos, Servicios Sociales, otras entidades sociales… Duelo general, duelo infantil, divulgación de la entidad, final de vida… Formar a los profesionales de los ámbitos de la Salud, Educación y Social, que en su día a día laboral trabajan con personas que están viviendo un duelo, es primordial para avanzar en la normalización de la muerte y el duelo como parte de la vida.

A finales de mes, el domingo 26 de septiembre, disputaremos una nueva edición, la séptima, del Torneo Benéfico de Pádel, en la que aunamos deporte y solidaridad; y en octubre llega la Semana del Recuerdo, del 25 al 30, con varias actividades programadas en torno al duelo, y la ya más que asentada Jornada de Duelo. Encuentros con familiares y amigos de personas en duelo, Death cafés… y nuevos proyectos y actividades que tenemos en marcha (y de los que todavía no os podemos decir nada…), siempre con la mirada puesta en mejorar, mejorar como entidad y mejorar en nuestra atención hacia vosotras y vosotros.

¡Seguimos avanzando…!

«El árbol de los recuerdos», cuento para acompañar a los peques en el proceso de entender la muerte

En esta ocasión queremos compartiros uno de nuestros cuentos preferidos, “El Árbol de los recuerdos”, de Britta Teckentrup, como recurso para acompañar a los más pequeños de la casa en el proceso de entender la muerte y también de vivir la pérdida de un ser querido.

Es un cuento recomendado para niños y niñas a partir de tres años y podéis encontrarlo fácilmente en cualquier librería de vuestra zona.

El “Árbol de los recuerdos” cuenta la historia de Zorro, el “prota” de este cuento:

“Zorro había tenido una vida larga y feliz, pero ahora estaba cansado. Observó su querido bosque una última vez y se quedó dormido para siempre”.

También cuenta la historia de cómo los amigos de Zorro viven la muerte de su amigo y como al recordar diferentes momentos, su corazón se va sanando.

Este libro tiene unas ilustraciones muy bonitas y cargadas de emoción, invitan a quien lo lee a adentrarse en el bosque y olerlo, a sentir la nieve, a observar el lindo paisaje, a caminar despacito por esta historia y por aquello que nos va sucediendo mientras la vamos leyendo.

Nos encanta este cuento porque nombra la muerte y nos permite reflexionar sobre ella y las emociones asociadas al duelo como la tristeza, la nostalgia y la alegría. También nombra realidades que no son fáciles de tratar y menos en un cuento como es la despedida.

En la historia, los amigos de Zorro uno a uno se van reuniendo para recordar la vida junto a él. En un momento dado, se dan cuenta que donde ha muerto Zorro está empezando a crecer una plantita, y que cuantos más recuerdos cuentan y cuanto más sienten, más crece. Acaba siendo el árbol más grande del bosque.

El amor no se acaba con la muerte”. Este es el mensaje final del libro. ¡Y cuánto nos cura saberlo y sentirlo! porque a veces el dolor nos hace olvidarlo.

Os animamos a que podáis leerlo primero los adultos y después hacerlo con los txikis. Además, os proponemos una actividad o “receta para el corazón”, que decimos en Goizargi, para que podáis hacer con ellos y ellas tras la lectura del cuento. Ahí va:


  1. Escoged un lugar cómodo, seguro y que sepáis que no vais a ser interrumpidos o molestados por nadie para poder leer el cuento tranquilamente.
  2. Leed el cuento despacio, deteniéndoos en observar las ilustraciones, fijándoos en diferentes detalles, dando lugar a posibles preguntas o reflexiones del momento.
  3. Al finalizar el libro podéis compartir las siguientes reflexiones para trabajar la comprensión, empatía, etc.:
    Preguntas referidas a la historia: ¿Qué crees que le ha pasado a Zorro? ¿Cómo crees que se sentía? ¿Y sus amigos? ¿Cómo crees que se sentían?
    ¿Cómo os habéis sentido?
    ¿Qué es lo que más os ha gustado y lo que menos?
  4. Plantar una semilla/planta/árbol en una maceta. Explicad que será nuestra “Planta de los Recuerdos” y que nos ayudará por un tiempo a recordar e inmortalizar a nuestro ser querido. Podéis compartir recuerdos o emociones mientras lleváis a cabo el proceso de plantación. Podéis colocarla en un lugar común para todos.
  5. Importante que entre todos cuidéis la planta, busquéis momentos para recordar, hablar y sentir.

Como veis, es un ejercicio muy sencillo, pero que está cargado de simbolismo y amor.

Nuestra experiencia nos dice que ayuda, que da lugar a la comunicación y a la reflexión, al amor, y que eso siempre sana y siempre suma.

¡Si lo hacéis, contadnos que tal os ha ido!

¡Gracias!