Seguir viviendo

Dicen, cuentan…
que existe una nueva vida.
Que después de esto incluso existe ilusión.
Y hasta cuentan que tras un duelo,
una aprende, crece, renace…
bla, bla, bla.

Yo dudo que esto sea así. Es verdad que no dudo todo el tiempo, porque a veces me invade la esperanza. Pero igual que viene se va, y vuelvo a no creer, a no confiar… Se me olvida que soy capaz, creo que no salgo de esta, me olvido de que otras veces también estuve mal y pude recuperarme. Y además, ¡qué más da que en esos momentos me recuperara! Esta vez es más fuerte, esta vez es peor, es horroroso, es la mayor putada de la vida. Todo se ha roto, nada será igual, muero de dolor… incluso anhelo desaparecer. No voy a quitarme la vida, tranquilos, pero no me importaría morir.

Y dicen que cuando todo esto pasa, ves luz, disfrutas…
y que existe esa opción, la de ilusionarte.
Pero dudo, no puedo verlo… no hay vida ni luz
y me parece imposible que algún día vaya a haberla.
Aunque quiero creerlo, no puedo sentirlo.

Me descubro riéndome, ¡Uy! ¿Y esto? Pero si tú has muerto. ¿Cómo puedo hacerlo? Creo que no debería. O sí, ¿por qué no? Al fin y al cabo yo estoy viva.

Es verdad que poco a poco, me cuesta saber cómo, las cosas han cambiado. Dejo de dudar tanto y experimento la vida. Es raro. Nada es como antes, todo es diferente y te echo de menos. Y me duele que no estés. Pero, de repente, parece que “Sigo Viviendo”:

Voy con pies de plomo, porque sé que vendrá un nuevo PATAPUM donde todo se desmorona. Me da miedo caer, pero ha de ser así, y, efectivamente, el bajonazo también llega… ¡y es horrible! ¡Joder! ¿Por qué no estás?

Dicen que después de la tormenta llega la calma, y así es. Puedo recomponerme y vaya que si lo hago. Me cuesta menos que antes y además me siento capaz de seguir adelante. Lo estoy haciendo bien, me siento valiente y tengo ganas. Por mí… y también por ti.

Quiero acercarme cada vez más a esa opción de VIVIR sin tener que sobrevivir.

Voy haciendo esbozos de una nueva vida, bocetos que, ¿para qué negarlo?, son un desastre, una y otra vez. Bocetos del revés, cosas sin sentido y, sobre todo, sin color. Me desespero…

Hasta que algo coge forma. Poco a poco, muy poco a poco… con detalles, aparecen destellos de luz. Muy dentro de mí empiezo a entender eso que cuentan, que yo ya tenía más que olvidado, de que la ilusión existe después de esto. Y aunque la siento fugaz, parece que está.

Y parece que en mí también está el color, igual que los grises, y que todo va formando uno, que todo puede formar parte de un mismo lienzo. Al fin y al cabo todo soy yo y parte de mi historia.

Desde ahí veo que he enterrado el hacha de guerra, que respiro, y hasta puedo sonreírme tranquila. Te sigo echando de menos, sin ansiar desaparecer, desde la nostalgia, esa triste y dulce, que te trae aquí conmigo y trae contigo cada uno de esos momentos que vivimos… TE QUIERO.

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